lunes, 16 de marzo de 2020

UNIDOS POR LAS CAMPANAS

Tuve ayer la intención de desconectar el temporizador que regula el toque de las campanas para las misas, dado que el culto se celebra hasta que Dios quiera a puerta cerrada, pero al final no lo hice, pues pensé varias cosas:  

1º.- Que su sonido siempre es un recordatorio de las "cosas de Dios", de nuestras obligaciones para con él, y no esta mal que nos "recuerden" a Dios especialmente ahora.

2º .- Que en estos días su sonido, habitual en nuestros pueblos y ciudades, puede contribuir a mantener la esperanza y cierta "normalidad" en medio del silencio urbano en el que vivimos sumergidos.

Por eso me ha alegrado que la Conferencia Episcopal Española, haya invitado a que suenen  las campanas en las iglesias a las 12 del mediodía, para que todos nos unamos en la oración del Ángelus, invocando la protección de nuestra  Señora por el cese de las presentes circunstancias y el bienestar de toda la población.

En nuestra parroquia esta medida no es "extraordinaria",  pues como todos sabéis cada día suenan las campanas para el ángelus a las 12, y no solo eso, se reza "presencialmente" por parte de los que en ese momento están en la iglesia haciendo su turno de "Puertas Abiertas".

Este mediodía sonarán como siempre a su hora, invitando al Ángelus; unámonos en la oración a la Virgen, recordando el misterio de la Encarnación.   También tañeran a las horas de siempre, para que recuerden a quien las oiga que un sacerdote celebra la Santa Misa que, con gente o sin gente, sigue siendo el Sacrificio de Cristo nuestro Señor que se ofrece al Padre Dios, y al que nos unimos con él en adoración, acción de gracias, reparación y petición.


A todos os tengo muy presentes estos dias, pidiendo a Dios Trino y uno, por la intercesión de la Stma. Virgen, a la que invoco especialmente como "Desatanudos", de San Judas Tadeo, San Gregorio y la Beata Matilde, que llegue pronto la hora de la "normalidad" que tanto deseamos. 

Una lección que sin duda vamos a  aprender es a valorar las cosas sencillas y ordinarias de la vida, que nos parecen tan "corrientes", pero que ahora nos damos cuenta son una gracia tan grande de Dios.

¡ Un abrazo a todos !



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