sábado, 29 de agosto de 2020

INHUMANIDAD ADOLESCENTE A LA PUERTA DE CASA


                                      
Es transeúnte, duerme en la calle porque no quiere ir a la casa de acogida que gestiona Cáritas Interparroquial de Don Benito. Esto es frecuente en los "sin techo" que, acostumbrados a la libertad, no quieran someterse a horarios. Cada noche pone sus cartones en el mismo sitio, y con la mochila por almohada duerme al cobijo de un portal.

Anoche no pudo descansar -yo fui testigo-. Una pandilla de adolescente sobre la una de la madrugada, eligió para su reunión un banco frente al portal de hechos, sin mascarillas ni distancias, armados con sus inseparables móviles que son en realidad su único amigo, porque sólo miran el aparato, ríen estrepitosamente, prorrumpen en sonidos guturales y emiten palabras malsonantes, que en el silencio nocturno molestan sobremanera a los que tenemos que dormir con el balcón abierto y madrugar.

Nuestro "sin techo" de muy buenas maneras, pues le conozco y me consta su cultura, le pidió que si por favor hablaban mas bajo o si se podían ir a otro sitio, pues necesitaba dormir. Respuesta de los adolescentes: “Te vas tu, será por calles en Don Benito, que además eres extranjero". El cogió sus cartones y mochilas y se marchó, no sin antes decirles: "Si estuvierais de conversación no me importaría que hablarais, pero no habéis llevado en toda la noche una sola conversación, solo blasfemias y tacos, no tenéis ni vocabulario ni cultura".

Nunca había visto una escena tan cruel por parte de unos críos insolentes, maleducados y sin atisbo alguno de sentimientos, que siguieron tan campantes en plena calle hasta las tres de la mañana, pegados a su móvil y emitiendo de cuando en cuando sonidos indescriptibles, molestando a un vecindario, que no se atreve a llamarles la atención por su insolencia y descaro; y ejerciendo una crueldad y violencia con quien no tiene más que una caja de cartón y una mochila, y solo pide dormir bajo las estrellas en el silencio nocturno, al que todos tenemos derecho. 

El que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero.   

viernes, 14 de agosto de 2020

VIGILIA DE LA ASUNCION



Fiesta grande de la Virgen. Resumen y cenit de su vida. Compendio de todas sus glorias y virtudes. Lo celebraremos -como todas las fiestas marianas- con especial solemnidad, pues nuestra parroquia lleva su nombre: Santa María.

Comenzaremos esta tarde, a las 19.30, con la "Vigilia", que nos presenta a María como "Arca de la Nueva Alianza", que entra en la Jerusalén celeste.

Alguien nos ha sugerido introducir como textos de meditación breves fragmentos de las obras de San Juan Damasceno. Así lo haremos. Y sirva como preparación para la fiesta esta bella descripción que el "orador de oro", hace de este momento:

“La Madre de Dios no murió de enfermedad, porque ella por no tener pecado original no tenía que recibir el castigo de la enfermedad.  Ella no murió de ancianidad, porque no tenía por qué envejecer, ya que a ella no le llegaba el castigo del pecado de los primeros padres: envejecer y acabarse por debilidad. Ella murió de amor.  Era tanto el deseo de irse al cielo donde estaba su Hijo, que este amor la hizo morir.


Unos catorce años después de la muerte de Jesús, cuando ya había empleado todo su tiempo en enseñar la religión del Salvador a pequeños y grandes, cuando había consolado tantas personas tristes y había ayudado a tantos enfermos y moribundos, hizo saber a los Apóstoles que ya se aproximaba la fecha de partir de este mundo para la eternidad.
Los Apóstoles la amaban como a la más bondadosa de todas las madres y se apresuraron a viajar para recibir de sus maternales labios sus últimos consejos, y de sus sacrosantas manos su última bendición.
Fueron llegando, y con lágrimas copiosas, y de rodillas, besaron esas manos santas que tantas veces los habían bendecido. Para cada uno de ellos tuvo la excelsa Señora palabras de consuelo y de esperanza.  Y luego, como quien se duerme en el más plácido de los sueños, fue Ella cerrando santamente sus ojos; y su alma, mil veces bendita, partió a la eternidad.
La noticia cundió por toda la ciudad, y no hubo un cristiano que no viniera a llorar junto a su cuerpo, como por la muerte de la propia madre. Su entierro más parecía una procesión de Pascua que un funeral.  Todos cantaban el Aleluya con la más firme esperanza de que ahora tenían una poderosísima Protectora en el cielo, para interceder por cada uno de los discípulos de Jesús.
En el aire se sentían suavísimos pero fuertes aromas, y parecía escuchar cada uno, armonías de músicas muy suaves. Pero, Tomás Apóstol, no había alcanzado a llegar a tiempo. Cuando arribó ya habían vuelto de sepultar a la Santísima Madre.
Pedro, – dijo Tomás- No me puedes negar el gran favor de poder ir a la tumba de mi madre amabilísima y darle un último beso a esas manos santas que tantas veces me bendijeron. Y Pedro aceptó.

Se fueron todos hacia el Santo Sepulcro, y cuando ya estaban cerca empezaron a sentir de nuevo suavísimos aromas en el ambiente y armoniosas músicas en el aire.
Abrieron el sepulcro y en vez de ver el cuerpo de la Virgen encontraron solamente… una gran cantidad de flores muy hermosas.  Jesucristo había venido, había resucitado a Su Madre Santísima y la había llevado al cielo".

miércoles, 12 de agosto de 2020

MASCARILLAS CONVENTUALES

Las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, afectan a todos los estamentos de la sociedad, también a las monjas de clausura, que viven de sus trabajos, relacionados normalmente con distintas artesanías.


Tienen por eso que adaptarse a los nuevos tiempos con imaginación, y por eso nuestras queridas  carmelitas han empezado a elaborar mascarillas artesanas, con motivos eucarísticos, como complemento a los trajes de primera comunión, aunque están abierta a todo tipo de encargos personalizados.

Es una forma de colaborar al sustento de la comunidad, compuesta por dieciocho monjas, y al mismo tiempo proporcionarles un trabajo que le es muy necesario para poder llevar a cabo el tradicional "ora et labora", que son las dos columnas de la vida monacal.

Su convento está en la 
C/ Donoso Cortes 21
Don Benito (Badajoz) 
Tlf 924800598

Elaboran todo tipo de bordados, litúrgicos (manteles de altar, corporales, purificadores, casullas, estandartes...)  y domésticos (juegos de cama, mantelerias...)

Para el bautizo confeccionan la vestidura ritual que se impone en la ceremonia religiosa.