martes, 29 de septiembre de 2020

VIDA PARROQUIAL

Como es habitual, al comenzar el otoño hemos variado el horario de la misa vespertina, que, desde el pasado lunes 28, ha pasado a ser a las ocho de la tarde.

En el calendario devocional octubre es el Mes del Rosario. Nosotros en la parroquia lo rezamos todos los días antes de la Santa Misa, como la mejor preparación para acercarnos al altar, y porque sabemos cuanto agrada a la Stma. Virgen esta oración, dulce cadena que nos une de manera muy especial a ella.

Los jueves ademas, dentro de la "hora santa" de adoración, lo rezaremos también, en lugar de las vísperas como es habitual, ofreciéndole especialmente por la propagación de la fe católica, y por los misioneros que por el mundo realizan el primer anuncio del Evangelio.


El día treinta, como hacemos todos los años, en la Santa Misa, recordaremos la muerte martirial del que fuera párroco de Santa María y arcipreste de Don Benito, Don Benedicto Barbero Bermejo, cuyo proceso de beatificación se incoó en 2015.

http://santamariadelconsuelo.blogspot.com/p/don-benedicto-barbero-bermejo.html


viernes, 18 de septiembre de 2020

A PROPÓSITO DE UN ÁLBUM DE PRIMERA COMUNIÓN

 

Se acerca las fechas de las primeras comuniones en nuestra parroquia que, para ser obedientes a los pastores y obispos de nuestras almas, y crecer en comunión diocesana y otras cosas muy bonitas que solemos escribir y predicar, fijamos, como se nos recomendó, para septiembre y octubre (luego en muchas diócesis donde dije digo, digo Diego… aunque seamos los sufridos párrocos los que siempre quedemos mal porque en definitiva somos los que estamos “a pie de obra”)

Lo cierto es que aquí hemos mantenido esas fechas; con todo, unos veinticinco niños, del total de 115, han ido celebrando su primera comunión –posibilidad que ofrecimos- de forma individual en las misas ordinarias durante el verano, aquí o en otros lugares; un grupo, como ya vaticiné sin ser profeta, la han “pospuesto”.

Ya estamos preparando todo con la ilusión de siempre, pero, como es propio de estos tiempos que nos toca vivir, sabiendo que es el “día a día” el que irá marcando la pauta, pues lo que hoy puede ser viable, mañana puede no serlo. Ni que decir tiene que estamos controlando en lo que podemos el cumplimiento de las normas sanitarias, especialmente en lo que se refiere al aforo, por mas que genere polémicas, pero no hay más remedio.

A todo esto, y es a lo que voy, la otra tarde, llegó al despacho la mamá de una niña de las que va a comulgar en los primeros turnos, para enseñarme con toda ilusión el “álbum” que ha preparado a su hija como recuerdo de todo lo que ha supuesto la preparación para este momento. Tengo que confesar que me emocioné por varias cosas. Primero porque aún quedan algunos padres que saben agradecer y valorar el esfuerzo de la parroquia en la preparación de sus hijos, y segundo, porque al pasar sus hojas, tan hermosamente maquetadas, me emocioné al recordar tantos momentos de gracia como vivimos en nuestra parroquia por medio de la catequesis, siembra generosa en el corazón de los niños de Evangelio y de amor a Jesucristo y a su Iglesia, gracias a la entrega y generosidad de todos los que trabajamos con ellos: párroco, catequistas y padres, que no hay que olvidar son los primeros catequistas de los hijos, aunque muchos hayan renunciado a esta tarea y la dejen toda en manos de la parroquia que, a veces –cada vez más-  tiene que “sembrar” sin que nadie luego  “riegue” en casa la semilla de la fe.

Comparto con mucha añoranza estas imágenes de la catequesis “de antes de la Covic 19”, que ha cambiado nuestro mundo, nuestras relaciones, nuestra vida parroquial… y todo. No sé si alguna vez volverán a repetirse en nuestra parroquia actos como los que aparecen en este álbum… De momento sé que no. Estamos a merced de lo que vaya ocurriendo, y por eso vivimos “día a día”, también en lo referente a la pastoral. El que esto escribe sin saber qué hacer, ni por dónde tirar en lo referente a la programación del curso y la gestión de muchas cosas (aunque mañana se inaugure en la cabeza de la diócesis con toda solemnidad “el curso pastoral”). Sin ninguna guía por parte de nadie, y sin nadie que oriente, anime e ilumine cuando más falta nos hace. Fiado solo en Dios y en la intercesión de la Virgen. Lo que Dios quiera será. En sus manos estamos.

Contemplado este álbum damos gracias por tanta Gracia vivida, y suplicamos la Gracia de lo alto para seguir adelante, en tiempos tan complicados como los que nos han tocado en todos los ámbitos, también en el eclesial.








Muchas gracias a la familia por permitir compartir con todos parte de este precioso álbum, y perdonen no vaya con orden, pero blogger ha cambiado el formato y de momento no lo domino, ni comprendo el afán de cambiar lo que funciona perfectamente.

 
 

lunes, 7 de septiembre de 2020

PREOCUPACIÓN COMPARTIDA



Tengo una preocupación que comparto con vosotros: me temo que ante esta posible segunda escalada del COVID-19 se vuelva a producir el cierre de los templos como ocurrió al principio de la pandemia. Entonces nos cogió a todos desprevenidos, y quizás fuese esta la razón por la que nuestras autoridades eclesiásticas tomaron tan drástica medida. 

Con la experiencia durante este tiempo hemos adquirido, y con las medidas que se vienen realizando en los templos para evitar posibles contagios, no tendría razón de ser volver a cerrarlos. Pero ante esa tentación por parte de los enemigos de la Iglesia por una parte, y la ingenuidad de muchos católicos que no verían en esta medida el peligro cierto de un mayor enfriamiento de la fe de los fieles cristianos, no estaría de más estar alerta y rogar a nuestros Obispos que no se dejen engañar con falsos argumentos y defiendan, con la autoridad recibida de Dios como pastores al servicio del pueblo de Dios, el derecho a recibir la tan necesaria asistencia espiritual. 

Mientras haya razones para mantener los establecimientos para el abastecimiento de las necesidades del cuerpo, esa misma razón debe aplicarse para no cerrar los que suponen la asistencia del alma, es decir, los templos. Aunque, como es lógico y por falta de fe en la eficacia de la asistencia espiritual, haya muchos que no lo comprendan.

jueves, 3 de septiembre de 2020

¿COMO SERÁ LA CATEQUESIS ESTE CURSO?


Comenzaré contestando claramente a la pregunta: No lo sé. Estas lineas no son mas que compartir mis inquietudes de párroco que, no pocas veces, tiene la sensación de estar abandonado a su suerte.

Hace tiempo que las catequesis parroquiales -por regla general-  funcionan parejas al curso escolar; con él comienzan y con él acaban. Las familias, poco avezadas en  "lenguajes pastorales" hoy en uso, vienen a considerar la catequesis, sobre todo "de primera comunión" (que es para ellas la "obligatoria", pues hacer la comunión sigue siendo para mucha gente parte de la "tradición social española" aunque no se vaya nunca a la iglesia)  casi como una activad "extraescolar", es decir, una hora semanal que hay que combinar con otra multitud de actividades vespertinas (conservatorio, idiomas, clases particulares...)  Es el curso escolar -queramoslo o no-  con su tiempos lectivos, horarios, y periodos vacacionales, el que marca el desarrollo de las catequesis, y por eso, estoy seguro, que nuestras catequesis van a correr la suerte del curso escolar 2020-21, con algunas características e  inconvenientes propios de nuestra institución; me explico:

Nuestras catequesis se nutren de catequistas voluntarios/as, que son gentes como todo el mundo, con sus prevenciones y sus miedos de contagiar y de contagiarse y, bastantes de ellas y ellos, en eso que llaman "situaciónes de riesgo" (edad, historiales médicos, obligaciones familiares....) ¿Cuantos/as de nuestros catequistas estarán dispuestos, o podrán comenzar un curso con una amenaza de Covic 19?

Por otra parte los obispados han tomado puntualmente sus vacaciones estivales, y a la hora presente, en la mayoría de ellos, no hay ninguna normativa referente al inicio del curso catequético. Imagino que "pasados los Cristos" (que es la fecha del inicio del alguna actividad "pastoral", al menos por estas tierras) se reunirán los consejos episcopales y nos emitirán alguna nota "iluminadora". 

Hasta ahora solo ha trascendido la normativa dada por las diócesis gallegas, que tengo sobre mi mesa. Ciertamente ofrecen algunas "pistas", pero hay que reconocer que cada parroquia es un mundo; las hay con dos o tres niños en catequesis, y las hay, como la nuestra con casi trecientos, si incluimos los de confirmación; las hay rurales y urbanas, las hay con buenas instalaciones y las hay que no tienen mas que el templo parroquial o algún "cuchitril" anejo, con las mesas viejas que hace años retiraron del colegio del lugar,  y "donaron" altruistamente a la parroquia... Cada parroquia es un mundo. 

Lo nuestro -lo de las parroquias me refiero-  es todo muy peculiar y muy distinto de un centro escolar, donde se pueden marcar entradas y salidas, itinerarios de ida y vuelta, comprar termómetros y colocar mamparas, por no decir que los presupuestos son también muy distintos: Los del colegio dependen de la Junta y los nuestros del cestillo de los domingos, con "limosnas" mucho mas reducidas que de ordinario por la baja asistencia de fieles a causa también del covic 19

Todo esto por no entrar en la capacidad "telemática" de nuestras parroquias y catequistas, empezando por la del que esto escribe, que no darían en la mayoría de los casos para una catequesis no presencial, en el posible de un nuevo confinamiento.

Por eso no tendremos mas remedio que correr la suerte de los colegios. Si los niños van al colegio, algunos al menos vendrán a catequesis, aunque ya sabemos que el Covic 19 de las iglesias es mucho peor que el de los colegios, restaurante, playas, terrazas...  

Lo que no sabemos es como estiraremos salas, horarios catequistas... En fin...  Lo mismo hay que volver a aquel catecismos de preguntas y respuesta, estudiado con los padres, con el cual los niños de entonces sabían bastante mas religión que algunos seminaristas de hoy, y de paso se lo aprenderán tambien los padres, ayunos en su inmensa mayoría de religión;  y a aquel sistema de "exámenes" de catecismo para poder recibir los sacramentos. Y no pasa nada.  Así llegaron a su primera comunión Santa Bernardita la de Lourdes y los Santos Francisco y Jacinta de Fátima... el tiempo nos irá diciendo. Yo por si acaso estoy preparando un buen resumen de preguntas y respuestas para tener algo que ofrecer... y a lo mejor es hora de dar una vuelta a la catequesis... como a otras muchas cosas que han acreditado su poca eficacia... 

Juan Manuel Miguel Sánchez
Párroco

martes, 1 de septiembre de 2020

CON EL CUENTO DEL VIRUS




No soy negacionista. No. Hay un virus muy agresivo y hay que tomar todas las precauciones posibles. Vale.

Pero dicho esto… Noticias de los últimos días y horas.

Gran Canaria y Lanzarote han suspendido las misas. Del todo. El gobierno canario ha decidido que “no se autorizarán los eventos ni actos multitudinarios, entendiéndose como tal aquellos de más de diez personas". La diócesis parece que ha hecho consultas y sí, afecta a las misas.

En Cataluña el presidente Torra limita la asistencia a celebraciones religiosas al 33 % en zonas de especial peligro, y prohibe durante los próximos 15 días las reuniones «sociales» de más de diez personas en toda la comunidad.

Leo también que en Castilla y Leon se limita el aforo de los templos a la mitad, con un máximo de 50 personas en entierros y 150 en bodas si es al aire libre y 100 si es en un espacio cerrado.

Me valen estos ejemplos, aunque estoy seguro de que en los próximos días más diócesis se sentirán en la obligación no solo de colaborar, sino de hacer de alfombra para que, una vez más, no digan que la culpa es nuestra.

Esto lo estamos leyendo en la semana en la que empiezan a abrir los colegios. Con todas las normas que quieran, con todas las precauciones, con lo que sea menester. Lo de Cataluña es de juzgado de guardia. No puede haber reuniones de más de diez personas, pero esa norma no cuenta para manifestaciones de carácter político. Las conclusiones las saca cualquiera: y es que tenemos un COVID-19 extrañísimo, tanto que si se juntan miles de personas en una manifestación no contagia, o si acuden miles y miles de niños a colegios el virus se abstiene. Ahora bien, baste que en un templo se junte un grupo de fieles y entonces entra en un especial frenesí capaz de contagiar a media España.

Lo de Canarias, del todo risible. Más de diez personas en un templo son un peligro. Quince o veinte niños en un aula con un maestro algo del todo inocuo.

Desde finales de mayo estamos celebrando nuevamente con asistencia de fieles. Lo que hago, lo que observo, es que la gente se está comportando con un exquisito cuidado. Todo el mundo con masacarilla, guardando distancias de seguridad, limpieza absoluta, prudencia, nada de corrillos. Me atrevo a decir que la gente que acude a nuestras misas mantiene una conducta que me atrervo a decir del todo ejemplar. Por eso no se entiende que en Cataluña, por ejemplo, en zonas de especial incidencia del virus, se limite aforo en bares y restaurantes al 50% (tanto en el interior de los locales como en sus terrazas) y al 33% en las celebraciones religiosas y litúrgicas, porque nadie me va a convencer de que el comportamiento de los fieles en una ceremonia religiosa es más imprudente que el de la gente en bares y restaurantes.

Creo que con el asunto del virus se está aprovechando para ir recortando algunos derechos, como por ejemplo, el de la libertad religiosa. Es mi impresión. Y lo triste es que no nos parece mal.

Tomado del blog "DE PROFESION CURA" de Jorge González Guadalix

https://www.infocatolica.com/blog/cura.php/2008310809-con-el-cuento-del-virus