viernes, 29 de octubre de 2021

BEATIFICADO UN SACERDOTE DE NUESTRA DIÓCESIS

El sábado 30 de octubre serán beatificados en Tortosa los sacerdotes operarios diocesanos Francisco Cástor Sojo López, Millán Garde Serrano, Manuel Galcerá Videllet y Aquilino Pastor, como mártires asesinados por odio a la fe en España entre 1936 y 1938.

D. Francisco Castor Sojo es extremeño y diocesano de Plasencia, pues nació en la localidad de Madrigalejo (provincia de Cáceres), el mismo lugar donde, quizás pocos lo saben, murió Fernando el Católico el 22 de enero de 1516, cuando iba camino de Guadalupe, y donde otorgó el importantísimo  testamento que cambiaría los destinos dinásticos de España.

Francisco Cástor Sojo López nació el 28 de marzo de 1881 en Madrigalejo (Cáceres) y estudió en el seminario de Plasencia, según su biografía en castellano publicada en la página web de la Hermandad Secular de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Fue ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 1903.

Fue prefecto en los seminarios de Toledo, Badajoz y Segovia. En 1933 fue nombrado administrador del seminario de Ciudad Real.

El 23 de julio de 1936, los rebeldes irrumpieron en el seminario. Después de unas semanas de refugio en la Fonda Francesa con el rector, el beato José Pascual Carda (1893-1936), fue asesinado en la noche del 12 al 13 de septiembre de 1936. Tenía 55 años. Su cuerpo yace en el cementerio municipal.

Uno de sus estudiantes en Ciudad Real dijo que el P. Francisco “estaba preparado para el martirio y nos instó a los seminaristas a ser mártires también, si se presentaba la oportunidad. Siempre hablaba del martirio con gran serenidad”.

La ceremonia puede seguirse por 13 TV y Radio Maria, a las 11.00 h.

martes, 26 de octubre de 2021

¿Y DE QUE DIÓCESIS SEREMOS SI AL FIN SE UNEN DON BENITO Y VILLANUEVA?

 

Hace algún tiempo viene cobrando cuerpo la vieja aspiración de la posible unión entre Don Benito (36.924 hab.) y Villanueva (25.752 hab.),  núcleos poblacionales enclavados uno en la comarca de las Vegas Altas y el otro en La Serena, unidos/separados (según se mire) en línea recta por 5 km. salpicados parcialmente por alguna urbanización, un instituto de enseñanza, algún servicio público, diversas empresas, y, sobre todo, a medio camino entre ambas localidades por el “Hospital Don Benito-Villanueva”, que da servicio sanitario a una amplísima zona de Extremadura.

No entro en ninguna valoración de la conveniencia o inconveniencia de esta unión, pues es tema que toca a los que rigen los destinos de los pueblos, legítimamente colocados en sus puestos por los votantes. He leído comentarios a favor y en contra. Cada uno deberá formar su criterio a la hora de expresar su parecer en un futuro referéndum consultivo.

Solo pretendo plantear una pregunta, sobre una inquietud que no he visto reflejada en ningún sitio, y que podría ser también la de muchos que nos sentimos miembros de la Iglesia, a la que estamos unidos por la pertenencia a una diócesis, que tiene un pastor propio: El obispo.

De llegar a ser realidad algún día la unión de ambas ciudades en una sola: ¿A qué diócesis pertenecería la nueva entidad? Porque Don Benito pertenece a la diócesis de Plasencia, desde que, digámoslo así,  “apareció en el mapa” tras la reconquista,  como anejo de Medellín en un principio. 

Villanueva de la Serena, por el contrario, pertenece actualmente a la diócesis de Badajoz (que desde 1994 se llama “Archidiócesis de Mérida- Badajoz”). Digo actualmente y digo bien, pues hasta 1873 Villanueva de la Serena era la sede del priorato de Magacela, uno de los dos de la orden de Alcántara en Extremadura. Estos prioratos eran para todos los efectos verdaderas “diócesis" y, los priores, en muchas ocasiones, estaban revestidos del carácter episcopal.

Suprimidas las órdenes militares en la desamortización de Mendizábal (1835), la Santa Sede extinguió los prioratos en 1873, e incorporó sus territorios, para la atención espiritual, a las diócesis circunvecinas. El de Magacela, que era extensísimo, fue repartido entre las diócesis de Badajoz, Córdoba y Toledo. Queda como recuerdo de aquellos tiempos, en que Villanueva de la Serena era, para todos los efectos, cabeza de una peculiar "diócesis", el llamado “Palacio del Prior”, hoy convento de monjas concepcionistas, muy conocidas en el entorno por la elaboración de exquisita repostería, que también comercializan en Don Benito.

Antiguo palacio prioral de Magacela, en Villanueva
Hoy convento de concepcionistas

¿Qué pasará en un futuro, desde el punto de vista de la jurisdicción eclesiástica, en el caso de la unión Don Benito-Villanueva? ¿A que obispado pertenecerá la nueva ciudad?  Ya sabemos que la iglesia hila fino, y que para ella los plazos espacio-temporales no son los de la sociedad civil, porque lleva dos mil años de rodaje, y su medida es la eternidad. Además, ya sabemos, que las “cosas de palacio, van despacio”, y las de los palacios episcopales más despacio aún.

Seguramente que, aunque la unión pueda ser efectiva para 2030 como se anuncia, la adscripción eclesiástica de la “nueva ciudad” seguirá por mucho tiempo igual; es decir, que la nueva ciudad tendrá siete parroquias, cuatro pertenecientes a la diócesis Plasencia y tres a Mérida- Badajoz. Pero sin duda alguna, a la larga, los obispos respectivos habrán de abordar sobre el terreno el problema pastoral que esto planteará, y darle una solución canónica adecuada, pues la situación sería un caso muy excepcional y extraordinario en la Iglesia, aunque no sé si único. Ya en nuestra diócesis de Plasencia se dio el caso de dos poblaciones –Aldeanueva del Camino y Baños de Montemayor-  con dos parroquias pertenecientes cada una a una diócesis, pues la línea divisoria de las diócesis, que es por esas latitudes la “Vía de la Plata”, atravesaba ambos municipios por medio. Este hecho fue subsanado en 1958, quedando Aldeanueva con sus dos parroquias en Coria, y las dos de Baños de Montemayor en Plasencia. Eran otros tiempos, pero para llegar a este “arreglo” tuvieron que pasar más de ocho siglos…. Esperemos, que no ocurra lo mismo, en el caso de la hipotética unión entre Don Benito y Villanueva. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia que sabrán arreglarlo de la mejor manera posible, si fuere menester.

viernes, 22 de octubre de 2021

EL DOMUND o todos somos misioneros y colaboramos en la misión.


Octubre es todo él un mes misionero, y tiene como colofón la celebración del DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones), jornada en la que se nos recuerda que la Iglesia existe para predicar el Evangelio y llevar así la Salvación a todos. Al tiempo el DOMUND nos da la posibilidad de colaborar económicamente al sostenimiento material de la misión, mediante la popular, entrañable y querida colecta; ¿quién, siendo niño,  no ha sido postulante en alguna ocasión en esta campaña misionera, con aquellas huchas que recordaban a todos los continentes y pueblos del mundo? ¡Y que gozo devolverlas, acabada la campaña, con una buena cantidad de pesetas! aunque uno se hubiera llevado algún que otro portazo o exabrupto de quienes no saben nada de caridad ni solidaridad.

En nuestra parroquia el DOMUND es una jornada muy especial. En los accesos al templo, los carteles ambientan la campaña, las distintas misas se celebran con el formulario “por la evangelización de los pueblos”, la predicación se aprovecha para recordar lo que se dice al principio de estas líneas –todos somos misioneros- , y para incentivar la colecta, que en la parroquia HACEMOS AL DOMINGO SIGUIENTE 30 y 31 de octubre. Como decía un viejo sacerdote que conocí: “Primero hay que mover los corazones, para que luego se muevan los bolsillos”. ¡Claro!  es que, si no se prepara y anuncia muy bien, la gente no suele venir a misa “preparada” en lo que a lo económico se refiere, y luego siente no haber sido un poco más generosa con el DOMUND y reprochan al párroco no haberlo anunciado con antelación.

Todos los años este sistema da, al menos aquí, un resultado estupendo, pues nuestra parroquia suele ser, con diferencia, la más generosa de la diócesis; y no debe ser de otra manera, pues es también una de las más grande. El año pasado, cuando el que esto escribe, pensaba que la colecta disminuiría en proporción a lo que ha disminuido la asistencia a misa por la pandemia, resultó que superó con creces las de años anteriores, pues pudimos enviar a la delegación diocesana de misiones 6.478 €, más de un millón de las antiguas pesetas.


Dios quiera que este año, la colecta para las misiones, sea tan generosa como siempre, pues, como tantas veces digo, la contribución económica en las diversas campañas caritativas y solidarias, especialmente esta del DOMUND, es uno de los termómetros que miden la vitalidad de la fe en nuestras comunidades parroquiales.

Este fin de semana, vivamos la misión, recordemos a los misioneros, oremos por el incremento de las vocaciones misioneras… Y AL PRÓXIMO FIN DE SEMANA (30 y 31 octubre) VAYAMOS A MISA CON UN GENEROSO DONATIVO PARA LAS MISIONES. Cada uno en la medida de sus posibilidades, pues Dios no premia la cantidad, si no el generoso desprendimiento.

Si alguna persona no viene a la iglesia por la causa que sea, y quiere aportar su donativo a las misiones, puede hacerlo llegar al párroco por medio de alguna persona de su confianza, o bien ingresarlo en la cuenta  de la parroquia: ES18248145673000000610 especificando muy bien, COLECTA DEL DOMUND.