Hace algún tiempo viene cobrando cuerpo la vieja aspiración
de la posible unión entre Don Benito (36.924 hab.) y Villanueva (25.752 hab.), núcleos poblacionales enclavados uno en la
comarca de las Vegas Altas y el otro en La Serena, unidos/separados (según se
mire) en línea recta por 5 km. salpicados parcialmente por alguna urbanización,
un instituto de enseñanza, algún servicio público, diversas empresas, y, sobre
todo, a medio camino entre ambas localidades por el “Hospital Don
Benito-Villanueva”, que da servicio sanitario a una amplísima zona de
Extremadura.
No entro en ninguna valoración de la conveniencia o
inconveniencia de esta unión, pues es tema que toca a los que rigen los
destinos de los pueblos, legítimamente colocados en sus puestos por los
votantes. He leído comentarios a favor y en contra. Cada uno deberá formar su
criterio a la hora de expresar su parecer en un futuro referéndum consultivo.
Solo pretendo plantear una pregunta, sobre una inquietud que
no he visto reflejada en ningún sitio, y que podría ser también la de muchos
que nos sentimos miembros de la Iglesia, a la que estamos unidos por la
pertenencia a una diócesis, que tiene un pastor propio: El obispo.
De llegar a ser realidad algún día la unión de ambas ciudades en una sola: ¿A qué diócesis pertenecería la nueva entidad? Porque Don Benito pertenece a la diócesis de Plasencia, desde que, digámoslo así, “apareció en el mapa” tras la reconquista, como anejo de Medellín en un principio.
Villanueva
de la Serena, por el contrario, pertenece actualmente a la diócesis de Badajoz (que
desde 1994 se llama “Archidiócesis de Mérida- Badajoz”). Digo actualmente
y digo bien, pues hasta 1873 Villanueva de la Serena era la sede del priorato
de Magacela, uno de los dos de la orden de Alcántara en Extremadura. Estos
prioratos eran para todos los efectos verdaderas “diócesis" y, los priores, en
muchas ocasiones, estaban revestidos del carácter episcopal.
Suprimidas las órdenes militares en la desamortización de
Mendizábal (1835), la Santa Sede extinguió los prioratos en 1873, e incorporó
sus territorios, para la atención espiritual, a las diócesis circunvecinas.
El de Magacela, que era extensísimo, fue repartido entre las diócesis de
Badajoz, Córdoba y Toledo. Queda como recuerdo de aquellos tiempos, en que Villanueva
de la Serena era, para todos los efectos, cabeza de una peculiar "diócesis", el
llamado “Palacio del Prior”, hoy convento de monjas concepcionistas, muy
conocidas en el entorno por la elaboración de exquisita repostería, que también comercializan en Don Benito.
¿Qué pasará en un futuro, desde el punto de vista de la
jurisdicción eclesiástica, en el caso de la unión Don Benito-Villanueva? ¿A que
obispado pertenecerá la nueva ciudad? Ya
sabemos que la iglesia hila fino, y que para ella los plazos espacio-temporales
no son los de la sociedad civil, porque lleva dos mil años de rodaje, y su
medida es la eternidad. Además, ya sabemos, que las “cosas de palacio, van
despacio”, y las de los palacios episcopales más despacio aún.
Seguramente que, aunque la unión pueda ser efectiva para 2030
como se anuncia, la adscripción eclesiástica de la “nueva ciudad” seguirá por
mucho tiempo igual; es decir, que la nueva ciudad tendrá siete parroquias,
cuatro pertenecientes a la diócesis Plasencia y tres a Mérida- Badajoz. Pero sin
duda alguna, a la larga, los obispos respectivos habrán de abordar sobre el terreno el problema
pastoral que esto planteará, y darle una solución canónica adecuada, pues la
situación sería un caso muy excepcional y extraordinario en la Iglesia, aunque
no sé si único. Ya en nuestra diócesis de Plasencia se dio el caso de dos
poblaciones –Aldeanueva del Camino y Baños de Montemayor- con dos parroquias pertenecientes cada una a
una diócesis, pues la línea divisoria de las diócesis, que es por esas latitudes
la “Vía de la Plata”, atravesaba ambos municipios por medio. Este hecho fue subsanado en 1958, quedando Aldeanueva con sus dos parroquias en Coria, y las dos de Baños de Montemayor en Plasencia. Eran otros tiempos, pero para llegar a este “arreglo” tuvieron que
pasar más de ocho siglos…. Esperemos, que no ocurra lo mismo, en el caso de la hipotética
unión entre Don Benito y Villanueva. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia que sabrán arreglarlo de la mejor manera posible, si fuere menester.
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