Hoy es 28 de marzo, memoria mensual de San Judas Tadeo para sus devotos, que son innumerables.
En circunstancias normales hubiera ocurrido lo normal: Un goteo incesante de gentes en nuestra iglesia en torno a la pequeña imagen del Santo Apóstol "del fuego divino", como parte de una bendita "rutina" que ahora echamos de menos y valoramos como nunca: Encender una velita (suplica), traerle flores (acción gracias).... todo envuelto en la oración, resumida en la popular jaculatoria, "San Judas Tadeo, Apóstol Glorioso, haz que mis penas se vuelvan en gozo"; y luego, por la tarde, la celebración de la Santa Misa, que llena la iglesia de devotos, y concluye cantando todos juntos, en torno a su imagen rodeada de gentes, de velas y de flores:
¡Oh! San Judas Tadeo fiel amigo,
tú que siempre nos escuchas el clamor;
danos la gracia de aprender contigo
a amar a Cristo con tu mismo amor.
Sublime apóstol del divino fuego
que en la tierra encendió Jesús;
en medio de este mundo siempre ciego
haznos vivir como hijos de su luz.
Este 28 de marzo todo será distinto, pero en el fondo todo será igual, porque, en espíritu, todos sus devotos estáis aquí presentes; la puerta de la iglesia abierta es un símbolo de la acogida, no faltaran las velas, pues en nombre de los devotos he encendido todas las del lampadario, y además una de cera que arde constantemente; ni siquiera faltan las flores.
Y le ruego especialmente a San Judas lo que pedimos al final del himno que cantamos: Que en medio de este mundo tan ciego, nos haga vivir como hijos de la Luz... Porque no podemos seguir viviendo de espaldas a Dios...Sin él nada tiene sentido. Esta viñeta ,que me ha llegado por wasap, como seguramente a muchos de vosotros, dá de sí para pensar...
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