+
Hemos comenzado un tiempo –que nadie sabe lo que durará– y que nos hace cambiar del todo nuestras obligaciones y costumbres. También en lo que toca a lo religioso.
Hay personas que me preguntan por la calle, o llaman por teléfono, que si habrá misas este domingo, que si hay obligación de asistir... En nuestra diócesis (al momento de publicar esto) nada se ha dicho aun de la suspensión del culto público temporalmente, ni se ha “dispensado” del precepto dominical. Solamente las normas generales, algunas referente al aforo y distancia entre los asistentes en el templo.
Por eso, como párroco os ofrezco un criterio:
Es un principio general y cierto que “Dios no pide a nadie imposibles”, y por eso nadie incurriría en un pecado por faltar a misa en estos domingos, en los que pesan graves recomendaciones de los que saben de estas cosas, que son las autoridades sanitarias; a lo mejor el pecado estaría más bien contra el quinto mandamiento, que nos manda conservar la vida propia y la del prójimo. Por lo tanto no hace falta que nadie nos “dispense” de lo que es temerariamente imposible cumplir.
Nuestra iglesia es pequeña, por lo que guardar la distancia recomendada es difícil, mucho mas teniendo en cuenta que hay que reducir el aforo a 1/3. Multiplicar las misas como han hecho en algunos sitios es inviable, pues ya hay varias y, como sabéis, estoy yo solo. Es por lo tanto la hora de invocar “la gracia extraordinaria” que nos vienen sobre todo por la oración y la caridad:
.- Oración: No os olvidéis de elevar los ojos al cielo. Todo esto nos tiene que llevar a acercarnos mas a Dios. Un medio muy bueno puede ser seguir la misa del domingo por la tv; eso ayudará a escuchar las lecturas, la predicación, y a unirnos al sacrificio de Cristo en el altar, mediante la practica de la “Comunión Espiritual”, que siempre fue una devoción muy recomendada. Para esto hay oraciones muy bonitas que podéis buscar en cualquier devocionario o por Internet.
.- Caridad: Ahora consiste sobre todo en seguir las normas de las autoridades sanitarias, pues esto evitará en lo posible la propagación del virus para no contagiarse ni contagiar a nadie.
Y si es cierto como he dicho antes que “Dios no pide a nadie imposibles”, no es menos cierto que, si en algún momento nos pide algo que humanamente pueda parecer “imposible”, él nos dará su Gracia para que nuestra caridad, entonces sí, sea “heroica”; pero mientras no juguemos a los “héroes”
Sé que ver la iglesia casi vacía en las próximas jornadas –mas en medio de la Cuaresma y llegando la Semana Santa- me va a causar un impacto fuerte, pero confío en que dentro de no mucho, todo volverá a la normalidad. Yo seguiré celebrando la misa cada día aunque esté solo, como es mi obligación, manteniendo la alabanza y la súplica a Dios de parte de su pueblo, que con gran pena no puede hacerse presente como quisiera en el templo santo.
Estos días en que mis tareas ordinarias se van reducir obligatoriamente, aprovecho para dedicar más tiempo a la oración, delante del sagrario de nuestra parroquia, donde pido al Señor Sacramentado, por intercesión de la Santísima Virgen de las Cruces, de San Judas Tadeo, de San Gregorio y de la Beata Matilde, que sea para todos nosotros “escudo y armadura ...y nos libre de la peste funesta”.
Juan Manuel Miguel Sánchez
Párroco de Santa María
Don Benito 14 de marzo. Cuaresma 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.