miércoles, 8 de marzo de 2017

YA ESTAMOS USANDO EL NUEVO MISAL

Desde el pasado domingo, como estaba mandado.
Del blog de Don Jorge González Guadalix, reproducimos este texto con el que coincidimos plenamente:


Desde que llegó a la parroquia la nueva edición del misal romano, allá por diciembre, he de decir que lo he venido leyendo y hojeando con mucha frecuencia para conocer esta edición, familiarizarme con los textos y repasar las rúbricas.

Vaya por delante lo grato de la encuadernación y presentación. Es de esos libros amables para el tacto, buena letra, cuidada edición y apertura cómoda, que no siempre. Las pestañas cuidadísimas, aunque uno tiene que echar un rato para aprenderse bien cada cosa.
Me pareció necesario dedicar una buena parte de la homilía dominical a su presentación. Hablamos mucho de moral: pecado y no pecado, lo que debemos o no debemos hacer. Algo menos de dogma: quien es Dios, quién es Cristo, la Iglesia, los sacramentos… y muy poquito de liturgia. Ayer me dije: esta es la mía. Y la mía consistió en llevarme el nuevo misal al ambón y presentárselo al pueblo. (...)

Quise explicar a la gente lo que es un misal, por qué se utiliza, su contenido en textos y rúbricas, algo de historia, especialmente una palabra de los misales de San Pío V y del beato Pablo VI, e invitarles a acoger el misal con afecto, agradecimiento y humildad, porque nos pudiera pasar que nos creyéramos más listos que los demás y así llegáramos a la conclusión de que el misal es orientativo y que nos permite hacer lo que nos dé la gana según ese espíritu del Vaticano II que nadie explica pero algunos conocen a la perfección.

Sencillísimo hacer entender el “pro multis” si hablas de las palabras originales de Cristo, si recuerdas cómo en latín siempre fue “pro vobis et pro multis”, señalas que así se ha celebrado en la Iglesia durante diecinueve siglos y además explicas que teológicamente es perfecto: Cristo muere por todos, pero no todos quisieron acoger la redención. Por eso el sacrificio aun siendo por todos, solo fue beneficio para los muchos que así lo acogieron. A alguien he escuchado indicar que para no hacer lío a la gente es mejor decirles que es que en tiempos de Jesús por muchos quería decir por todos.
Eso es engañar al personal y menospreciar las entendederas del pueblo de Dios.

Dicho esto, recordé algunas de las rúbricas que, aun siendo conocidas, tenemos un tanto descuidadas. No lo de ponerse en pie en el “orad hermanos”, que eso lo hacemos de siempre, pero sí volver a recordar la importancia de arrodillarse en la consagración y ser sobrios en el rito de la paz. La gente escucha, tanto que ayer, en la misa de la tarde, en el momento de la consagración, solo estaba de pie el señor Juan, que acude a misa con dos bastones ortopédicos. La iglesia prácticamente llena y toda la asamblea de rodillas. Impactante.


Estoy haciendo el esfuerzo de ir leyendo despacito las rúbricas, que uno, sin ser del todo consciente, acaba cogiendo pequeños vicios. Propósito de enmienda desde ya.

Muy contento. La gente también. Apenas una persona que, por iluminación especial del Altísimo me dejó claro que cambiar lo de “por todos los hombres” a “por muchos” es una barbaridad, aunque lo diga el papa de Roma. Pero eso tiene mal remedio.




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