Los viernes de cuaresma son días especialmente penitenciales: El cuarto mandamiento de la Iglesia dice:
Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
El ayuno está mandado el miércoles de ceniza y el viernes santo. La abstinencia todos los viernes del año, aunque los que nos son de cuaresma puede sustituirse esta penitencia por otra, por una limosna, o por un ejercicio piadoso.
La abstinencia consiste en no probar la carne. Ciertamente se nos antoja una penitencia pequeña, porque hoy en día fácilmente puede ser sustituida por otros alimentos de la misma o mayor calidad. Por eso lo importante, cumpliendo la norma establecida por la Iglesia -y que asegura que todos hagamos una pequeña penitencia como se nos manda en el Evangelio- es que vivamos el espíritu de la misma, es decir, ofrecer a Dios algún sacrificio o penitencia u obra de piedad en orden a crecer espiritualmente. Ahí tienes algunos ejemplos:
.-Regalarle una comida a un necesitado.
.-No beber bebidas alcohólicas.
.-Reducir las tazas de café.
.-Despertarte más temprano a lo habitual.
.-Irte a la cama más temprano a lo usual.
.-Pasar menos tiempo en internet, Facebook, Twitter, etc.
.-Reducir la veces que revisas tu wassap
.-Contactar a un familiar que tienes tiempo que no hablas,
para saber cómo está.
.-Visita a un enfermo.
.-Pasar 10 minutos en silencio.
.-Reza el Santo Rosario.
.-Visita al Santísimo en la iglesia
.-Renunciar a algún alimentos que más te gusta.
.-Dar limosna al necesitado.
.-Ir a misa todos los día o al menos dos veces por semana además
del domingo.
.-Reza el Vía Crucis.
.-Reza la Corona de la Divina Misericordia.
Los viernes de cuaresma son también un día apropiado para meditar en la Pasión del Señor, que para todos los santos ha sido una fuente de conversión y de innumerables gracias espirituales. Santa Teresa de Jesús, por poner un ejemplo, se convirtió totalmente al Señor, mirando una imagen de Jesús flagelado.
Una forma muy bonita, sencilla y al alcance de todos, es recorriendo las catorce estaciones del Viacrucis. En ellas acompañamos a Jesús desde su condena a muerte hasta el sepulcro.
En nuestra parroquia meditamos el Viacrucis todos los viernes de cuaresma, después de la Santa Misa, con reflexiones y cantos apropiados, que nos ayudan a asociarnos a la Pasión de Cristo.
El Papa todos los años propone a toda la Iglesia un mensaje o programa para la Cuaresma, aquí tenéis un resumen del de este año 2017:
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