Y lo entrecomillo porque no me
gusta este nombre, aunque sirva para entendernos. Preferimos llamarlo “Catequesis
de preparación al Sacramento del Matrimonio”, porque esto es lo que intentamos
hacer, lejos ya de aquellos “cursillos” con médicos, psicólogos, abogados... que
si bien tuvieron su sentido en otros tiempos, donde había que suplir casi todo
lo que la sociedad no ofrecía, hoy las parejas están mas que informadas en
estos campos, y a nosotros lo que nos toca es poner el fundamento para formar
familias auténticamente cristianas, anunciar a Jesucristo, y darles pistas para
que ellos, si lo desean, puedan saber por donde caminar y las ayudas que la Iglesia ofrece en el campo
de pastoral familiar.
Eso es lo que hemos intentado la
semana pasada con un grupo de diez jóvenes y receptivas parejas que contraerán
matrimonio en los próximos meses. La experiencia ha sido buena y gratificante a
decir de las mismas parejas, que han participado con interés e ilusión en estas
“catequesis”, impartidas desde la experiencia de dos matrimonios que han “predicado”
desde el ejemplo de sus vidas vividas en la cotidianeidad de quienes comprendieron
un día que el matrimonio es “cosas de tres”.
¡¡¡ Gracias Diego y Elena, Carmen y Andrés !!! Estoy seguro que muchas veces las parejas que os escucharon
se van a acordar de vuestro sencillo, limpio y valiente testimonio al afrontar
situaciones parecidas a las vuestras, y que son las mismas por las que suelen
pasar todos los matrimonios.
En la parte doctrinal tuvimos la
suerte de contar con el profesor de la Universidad
Pontificia de Salamanca Don Ángel Galindo García, que habló
de la belleza del matrimonio cristiano
desde la exhortación apostólica “Amoris Laetitia”.
Nos acompañaron también unos de
los días Rosa y Javier, de Cursillos de Cristiandad, que hablaron de la
posibilidad que ofrece este movimiento para renovar la vida cristiana.
Concluimos las catequesis con una
sentida celebración de la
Palabra , en la que los novios recibieron la bendición que
prevé el ritual para este momento de la vida. La entrega de certificaciones,
junto con el pequeño detalle de un pergamino con el conocido “Himno a la Caridad ” de San Pablo puso
fin a estos aprovechados días. Diego les regalo un pequeño rosario, elaborado por
él mismo, tras unas sentidas palabras de amor a la Virgen “de Caná”, invitando
a los novios a amar intensamente a María y a pedirle que ella ponga en sus vida
cada día el “vino nuevo del amor”
Deseamos a estas queridas parejas toda la felicidad del mundo en el camino que va a emprender, y deseamos que sepan que cuentan con nuestra oración y ayuda.
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