sábado, 22 de febrero de 2020

CUARTO DOMINGO DE SAN JOSE


Fiel Patriarca, que tuvisteis parte en
los misterios de nuestra redención: aunque la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María, os causó dolor a par de muerte, sin embargo, os llenó también de alegría, anunciándoos al mismo tiempo la salvación
y resurrección gloriosa, que de ahí se seguiría para un
gran número de almas.


Por ese dolor y por ese gozo, concédeno ser
del número de los que por los méritos de Jesús y por la
intercesión de la bienaventurada Virgen María han de
resucitar gloriosamente.


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