Balduino fue el Rey de Bélgica hasta 1994, año en el que
muere. Muchos de sus allegados han hablado y escrito acerca de la vida
cristiana ejemplar de este Rey. Un buen amigo suyo era el Cardenal Suenens.
Escribe esta anécdota. Iban de viaje en coche ellos dos solos.
"La escena tiene lugar en una carretera secundaria
del país. El Rey conducía el coche y yo era el único pasajero. Al pasar cerca
de la estación de un pueblo, vio una imagen de Nuestra Señora rodeada de un
jardincillo de flores, pero alguien había tenido el mal gusto de profanarla
poniéndole en la cabeza un casco de punta alemán de la Gran Guerra.
Arriesgándose a que lo reconocieran, frenó en seco y, sin
decir palabra, salió del coche, se subió al pedestal y quitó el casco, que tiró
en una zanja. Cogió de nuevo el volante sin hacer ningún comentario, como la
cosa más natural del mundo. Yo vi en este gesto la actitud de un caballero que
no permite que se burlen de su madre y que ignora cualquier tipo de respeto
humano que en ese momento pudiera pasársele por la cabeza"
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