En septiembre de 1980, la madre Teresa de Calcuta fue a
visitar el Hogar Infantil de Calcula. Un niño se estaba muriendo y una de las
Hermanas se lo dijo a la madre Teresa, la cual tomó al niño en sus brazos y se
puso a rezar un Padrenuestro y un Avemaría. El capellán bendijo al niño y la
madre Teresa se lo devolvió a la Hermana. Aquella misma tarde el niño comenzó a
mejorar y al día siguiente estaba fuera de peligro. El poder de la oración
había obrado el prodigio.
Santa María, ¡lo que eres capaz de hacer por nosotros,
sólo por un Avemaría! Por rezar un Avemaría, ¡cuánto puedo conseguir!
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