miércoles, 18 de octubre de 2017

ENVIADOS A ANUNCIAR LA BUENA NOTICIA


El pasado, domingo, como en tantas y tantas parroquias por estas fechas, los/as catequistas recibieron el "encargo" de anunciar el evangelio y fueron "enviados" a la misión.



¿Quienes son nuestros catequistas? Son cristianos de a pie; en su mayoría, como puede verse en la fotografía mujeres, aunque no faltan algunos varones. Unos/as son padres/madres de familia, profesionales del distintas ramas, amas de casa... pero a todos le iguala y mueve el mismo deseo: Transmitir la fe a los demás, especialmente a los niños, jóvenes y adolescentes.










La celebración del domingo no fue una "inauguración de curso", o un acto de tantos como organizamos;  tiene su profundo significado teológico y eclesial. El catequista no realiza la misión en nombre propio, no anuncia "su" doctrina", o lo qué él cree debe ser la religión, sino que es la Iglesia quien le encarga transmitir la Palabra de Dios y la Tradición, que se contiene el el Catecismo de la Iglesia Católica, que es el libro de la catequesis. Y esto lo hace por encargo y cómo colaborador del párroco -primer responsable de la catequesis- y unido a los otros catequistas.

Así quedó de manifiesto en nuestra celebración del domingo.




RITO DEL "ENVÍO" DE CATEQUISTAS

Saludo el párroco al inicio de la Santa Misa:
Hoy, como todos los domingos, nos reunimos en torno a la mesa del Señor para escuchar su palabra y compartir su pan de vida. Pero hoy nuestra asamblea tiene además un sentido particular:
Vamos a dar comienzo al nuevo curso de catequesis de nuestra parroquia, con el envío de aquellas personas que, en nombre de la Iglesia, llevarán a cabo, junto al Párroco, la tarea de enseñar.

(Tras la homilía)
Monitor:
Se va a proceder ahora al rito del envío de los catequistas que este año llevarán a cabo la enseñanza de la Catequesis en nuestra Parroquia. Es un modo de expresar que no actúan en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia.

¡Pónganse en pie los que van a recibir la misión de catequista! 
(Los catequistas se ponen en pie)

Párroco:
Antes de recibir la misión, es necesario que profeséis públicamente vuestra fe; que expreséis ante la Iglesia reunida vuestra disponibilidad a la tarea que se os encomienda y la aceptación del compromiso que asumís.

¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Catequistas: Sí, creo.

¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, proclamó con obras admirables el Evangelio de Dios, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Catequistas: Sí, creo.

¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Catequistas: Sí, creo.

¿Estáis dispuestos a realizar vuestra tarea viviendo la fe con sinceridad de corazón y proclamándola de palabra y de obra, según el Evangelio y la Tradición de la Iglesia?
Catequistas: Sí, estoy dispuesto/a

¿Os preocuparéis de vuestra mejor formación y preparación?
Catequistas: Sí, lo haré.

¿Prometéis, con la ayuda del Espíritu Santo, perseverar en la tarea a pasar de las dificultades, realizarla con diligencia según vuestra capacidad y buscar en todo el bien de la Iglesia y de aquellos que se os encomiendan?
Catequistas: Sí, lo prometo.

Párroco: Yo, como vuestro Párroco y Pastor, os envío en nombre del Señor para que, como catequistas, conduzcáis a los niños, a los adolescentes, y a los jóvenes por Jesucristo, en el Espíritu, a Dios nuestro Padre, que vive y reina por los siglos…

Monitor:
Ahora los catequistas irán pasando a besar el Evangelio que han de transmitir y recibirán el crucifijo como signo de su misión.


(El coro canta “Nos envías por el mundo”)

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