FIESTA DE SANTA
TERESA
Recién
concluida “La Velá ”,
el Don Benito devoto tiene una cita cada año en el convento de carmelitas descalzas, que
celebra los cultos en honor de su Madre Santa Teresa de Jesús.
La
fiesta del día 15 fue precedida del triduo que predicó el Rvdo. Padre José F. Marín, carmelita descalzo del convento de Granada. El mismo padre presidió la
solemnidad de la Santa ,
que fue concelebrada por Don Santiago Gómez Manzano formador del Seminario menor de Toledo,
natural de Don Benito y amigo de la comunidad, y por nuestro párroco Don
Juan Manuel, que es a su vez capellán del convento; Don Miguel Ángel Ventanas,
párroco de San Martín de Trujillo y delegado diocesano de liturgia hizo la veces de experto “ceremonieri”,
propiciando que toda la celebración transcurriera con decoroso orden y piedad.
La
comunidad de carmelitas, ejemplar por todos los conceptos, puso como siempre
todo lo mejor de sí misma al servicio del Señor: Una iglesia impecable, flores
dispuestas con exquisito gusto, finura y delicadeza sin par en todo lo que toca
al altar, y el “coro celeste” que, desde el misterio de las celosías
conventuales, invita a alabar a Dios con
las voces de estas diecisiete monjas, realzadas por los instrumentos musicales
que van incrementando el culto litúrgico.
BODAS
DE ORO
DE PROFESIÓN RELIGIOSA
Al
día siguiente (16-X), en la intimidad comunitaria y familiar, otro
acontecimiento singular tenía lugar en esta querida casa. Se celebraba una
fecha redonda en la vida de toda consagrada, las “bodas de oro” de la profesión
religiosa. En esta ocasión era la M. Priora ,
Hna. Guadalupe de Santa Teresita, la que con inmensa alegría daba gracias al
Señor con las palabras de Santa Teresa de Jesús:
Ya
toda me entregué y dí,
y de
tal suerte he trocado,
que
es mí Amado para mí,
y
yo soy para mi Amado.
A
las 11 de la mañana se celebró la Santa Misa
en acción de gracias. Participó la familia de la madre, su hermana con su esposo y sobrinos.
Presidio el citado P. Marín que lo había hecho en las solemnidades de la Santa , y concelebraron los
P. Carmelitas de la comunidad de Badajoz, mas Don Santiago y el capellán.
En
la emotiva y cariñosa homilía el celebrante invitó a todos no a fijarnos en lo
que nosotros damos al Señor, sino en la misericordia de Dios que es eterna, y en
su fidelidad, que ha permitido a M. Guadalupe estos cincuenta años de vida
religiosa.
Tras
la homilía, la M. Guadalupe
renovó su consagración que, escrita de puño y letra en una cuartilla, fue
depositada sobre el altar. Recibió luego de mano de sus sobrinos la “corona de
las vírgenes”, y una lluvia de pétalos de rosas, signo y símbolo de la
bendición copiosa de Dios a hija tan fiel en su entrega.
Concluyó la celebración de la Santa Misa con la lectura de la bendición que S. S. el Papa Francisco enviaba para la ocasión, a solicitud de la comunidad.
Ya en el locutorio pudimos compartir la alegría del acontecimiento con todas las monjas en torno a la “tarta” que no puede faltar en ninguna celebración aniversaria.
Felicitamos a M. Guadalupe, porque su entrega es al Señor Jesús por todos nosotros que formamos la Iglesia ; porque en nuestro nombre también vela noche y día ante el trono de Dios, con su vida escondida en los muros del convento. Y en ella felicitamos a toda la querida comunidad que es, sin duda, la “mejor parte” de la Iglesia que peregrina en esta ciudad, tan pródiga en otras épocas en vocaciones y vida cristiana.
El Cronista
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