Después de nueve días alabando a Dios por su inmensa bondad al darnos como madre a su propia madre, el domingo por la noche y ayer lunes toco cerrar los solemnes cultos como la Reina del Cielo, nuestra Señora de las Cruces, se merece.
Durante toda la noche del domingo al lunes se mantuvo la iglesia de Santiago abierta para que, se velara su sagrada imagen (de ahí el nombre de la fiesta: la Velá) Toda la noche en oración con María, como los apóstoles. El primer turno de vela le toco al coro familiar de Santa María, que dirigieron la oración. A través de los cantos a María elevaron nuestra alma hasta su presencia en el cielo.
Por la mañana bien temprano santo rosario y misa. Hasta las 8.00 no dejo de llover. Fue salir la Virgen a la calle y abrirse los cielos de par en par para alumbrar a la estrella matutina que anuncia el sol, que es su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Una vez llegamos a su casa, la ermita, celebramos junto a ella la Santa Misa, que presidió nuestro querido obispo, don Amadeo Rodríguez Magro, que nos dirigió una breves palabras llenas de amor a la Virgen.
Todo el año está abierta la casa de nuestra madre para nosotros. No dejemos de ir a verla y demostrarle así nuestro amor, que no es solo de un día, sino de cada instante de nuestra vida.
Viva la Virgen de las Cruces!!!
Viva nuestra patrona!!!
Viva la Reina del Cielo!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.