Octubre es el mes misionero por excelencia, pues celebramos el DOMUND (Domingo de las misiones). Es una fiesta misionera muy bonita, que todos los años nos recuerda que la Iglesia existe para anunciar a Jesús y que aun hay muchos pueblos de la tierra donde no han escuchado nunca la Buena Nueva del Evangelio.
En el altar de nuestra parroquia hemos colocado una composición donde hemos querido expresar lo que es el DOMUND. Aprovecharemos las homilías del Domingo para transmitir a todos este mensaje:
A la izquierda el busto de San Francisco Javier y la imagen de Santa Teresa del Niño Jesús, los santos patronos de las misiones nos recuerdan dos facetas inseparables en el anuncio del Evangelio. San Francisco Javier, el misionero de corazón ardiente en el Oriente del siglo XVI (India, Japón, China) nos recuerda el ímpetu apostólico y el deseo de llevar el Evangelio a todos los pueblos. Santa Teresita del Niño Jesús, una monja de clausura que nunca salio de su convento de Lisieux es un testimonio de como toda obra misionera tiene que estar avalada por la oración, que es el alma que mueve todo apostolado. Los clásicos sobres nos recuerdan la contribución generosa del Pueblo de Dios para poder mantener la gran obra misionera y evangelizadora de la Iglesia en todo el mundo. Así pues DOMUND = Acción, oración, contribución económica.
Esperemos que en nuestra parroquia la aportación sea tan generosa o mas que el año pasado.
ASÍ ME SUCEDIÓ Y ASÍ OS LO CUENTO |
Venía esta tarde hacia la parroquia cuando me abordó un grupo de niños hucha y pegatina en manos haciendo la cuestación para el DOMUND, imagen tradicional en estas fechas en todas las ciudades y pueblos de nuestra España, nación por excelencia misionera. La imagen siempre me produce ternura, pues me recuerda mis años infantiles, y abrí el monedero para introducir en la hucha una monedas, que al tiempo que caía se convertía en una pegatina en la solapa. Entablé con ellos una pequeña conversación: .- ¿Es generosa la gente? ¿Colaboran? ¿Os echan en la hucha? .- No muchos, casi todo lo que hay en la hucha lo hemos echado nosotros, Creen que somos unas timadoras... Pero seguimos porque es para hacer el bien. Escribo esta anécdota -florecilla misionera- en homenaje cariñoso y emocionado a todos los niños que este fin de semana siembran de alegría, de pegatinas y de huchas misioneras las calles de España, sin importarles las "caras de pepino" de quienes les niegan unas monedas o les cierran con desden las puertas de su casa... dígase, de su corazón. |
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