Salve, Antonio, venerado
con el bello lirio blanco,
el libro del Evangelio y el Niño Dios en los brazos!
El candor en ti rebosa
del corazón a los labios;
con alma pura penetras la luz del Verbo encarnado.
Sagrario de la Escritura
eres por el Verbo santo
martillo de la mentira y bálsamo de apenados.
A ti los pobres se acercan
buscando pan y milagros,
porque eres pobre y sencillo, hermano entre los hermanos.
Cristo solo es tu prodigio,
tu ciencia y poder sagrado,
Cristo en tu fe y tu deleite, Cristo en tus brazos mostrado.
¡Honor a Cristo bendito,
presente en su pecho amado;
honor a Cristo en Antonio,
que en Cristo fue consumado! Amén.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.