Recuerdo una de aquellas campañas vocacionales, que hacíamos cuando estábamos en el Seminario. Santi, había ido a la Eucaristía de un Asilo que llevaban unas religiosas.
Bastantes ancianos asisten a la Eucaristía. Evidentemente, el seminarista lee las lecturas.
Era un pasaje del libro del Génesis, referido al nacimiento de Isaac: “Abraham tenía cien años, cuando le nació su hijo Isaac”.
De los bancos sale una voz: “ ¡ CoooOOÑO ¡ “.
Creo que lo demás es fácil imaginárselo... Desde luego Santí no acabó la lectura.
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