Y con ellos concluyen unos días vividos con intensidad en nuestra parroquia, que se había venido preparado para estas solemnidades navideñas desde el principio del Adviento.
Hasta el Portal de Belén han llegado Melchor, Gaspar y Baltasar, con sus regalos: Oro, Incienso y Mirra, dones que son toda una catequesis cristológica que los niños recibieron en la misa de la mañana.
Agradecemos a niños, catequistas y padres su interés, cariño y sacrificio, para que en los días mas señalado de la Navidad, figurará esta preciosa estampa llena de color, ternura e inocencia en el altar mayor de nuestra iglesia.
Así mismo agradecemos a Isaac Flores el delicado gusto en la decoración de la iglesia. A el se debe el exhorno floral de estos días y el ornato de las preciosas y artísticas imágenes de la Virgen y San José que han figurado en las "Jornaditas", que culminaron con la representación del Belén, que ha ocupado un lugar de honor en el altar toda la Navidad, como delicado homejane al misterio del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Gracias a todas las personas, que de una manera u otra ha colaborado al realce de la Navidad en nuestra parroquia.
Y a todos los que con su cariño y estímulo nos animan a seguir trabajando, para que la luz de la estrella de Belén siga iluminando el mundo.
El día de la Epifanía las normas litúrgicas permiten que después del evangelio (o bien en otro momento idóneo como por ejemplo en el silencio después de la comunión se puede proclamar el anuncio de la pascua y de las demás fiestas móviles del año. Así os lo anunciamos desde este blog parroquial.
La gloria del Señor se ha manifestado en Belén
y seguirá manifestándose entre nosotros,
hasta el día de su retorno glorioso.
Por eso os anuncio con gozo, hermanos y hermanas,
que así como nos hemos alegrado en estas fiestas
de la Navidad de nuestro Señor Jesucristo,
nos alegraremos también en la gran celebración pascual
de la Resurrección de nuestro Salvador.
Así pues, recordemos que este año
la ejercitación de la Cuaresma,
que nos prepara para la Pascua,
comenzará el día 13 de febrero, miércoles de Ceniza,
y del 28 al 30 de marzo celebraremos con fe el Triduo Pascual
de la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesús.
El día 31 de marzo será la Pascua,
la fiesta más grande del año.
Y al cabo de cincuenta días,
como culminación de la cincuentena pascual,
el domingo 19 de mayo,
celebraremos la solemnidad de Pentecostés,
el don que Jesús resucitado hace a su Iglesia:
su Espíritu Santo.
Cada domingo nos reuniremos para celebrar la Eucaristía
conmemorando la resurrección del Señor,
y veneraremos también la memoria de la Virgen en sus fiestas,
y de tantos hermanos santos y santas
que nos acompañan en nuestro camino.
Y ya al finalizar el año, el día 1 de diciembre,
iniciaremos un nuevo año litúrgico
con la celebración del domingo primero
del Adviento de nuestro Señor Jesucristo.
A él todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
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