Aunque el verano supone un cierto “descanso” de algunas actividades, esto no quiere decir, sin embargo, que la parroquia esté “parada”, pues es un tiempo propicio para poner al día muchas cosas, entre ellas las necesarias obras para mantener el templo parroquial en las mejores condiciones de uso.
Así, en las pasada semanas, se instaló en el óculo del coro una nueva vidriera, pues la anterior se encontraba muy deteriorada (tanto que al retirarla se desplomó del todo). El motivo que la decora es el Nacimiento del Señor, y la idea es que, iluminada adecuadamente, forme parte de la decoración de la fachada de la iglesia en las fiestas de Navidad, a las que tanto realce nos gusta dar. Ya saben que todos los años la fachada se ilumina, a cargo de la parroquia, contribuyendo así a la ambientación navideña de Don Benito, en este barrio en el que no hay ninguna decoración especial.
La vidriera es obra del taller “Licenciado Vidriera” de Madrid, y está realizada con cristales emplomados y coloreados en la forma tradicional. El importe ha sido de 2500 €, sufragados por un feligrés, no suponiendo ningún gasto a la parroquia.
El campanario también necesitaba algún “retoque”, pues los martillos que hacen sonar las campanas, tenían muchos toques a sus espaldas, y en los días del confinamiento uno dejo de funcionar sin posible arreglo. Por eso se han cambiado por otros nuevos. Se nota una mayor calidad y nitidez en el sonido de las campanas. La obra ha corrido a cargo de “Campanas Rivera”, de Montehermoso, que son los encargados habituales del mantenimiento de las campanas. El importe asciende a 1750 €
También en el presbiterio, aprovechando que uno de los focos se había fundido, se ha aprovechado para cambiar los antiguos alógenos por luz led, que, según dicen, supone un ahorro económico y una contribución al medio ambiente.
La altura no
fue óbice para que los operarios escalaran hasta las alturas de la cornisa y
cumplieran perfectamente su misión, como podéis ver en la fotografía.
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Queda pendiente para
septiembre, la limpieza de las cubiertas todos los años deterioradas por la
acción de las aves, especialmente de las cigüeñas, y la reparación del chapitel
de la torre, pues a los pocos días de reponer las tejas, que se llevó una racha de
fuerte viento en diciembre de 2019, otra, a los pocos días, volvió a producir
el mismo efecto.
Todo esto se puede llevar
a cabo gracias a la generosidad de los feligreses, que por medio de la
colecta de los domingos, o de donativos extraordinarios, colaboran de forma
admirable al mantenimiento del templo parroquial. A todos ellos muchas gracias.
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