El pasado domingo, en una cadena de televisión, la mediática monja dominica, "de vida contemplativa y clausura", pero que tiene su claustro y celda en los platós de televisión, Lucia Caram, pronuncio palabras hasta tal punto ofensivas que llego a poner en duda dogmas de nuestra fe, ofendiendo a la Santísima Virgen.
En la Santa Misa de ayer por la tarde tuvimos nuestro particular desagravio, cantando "Eres mas pura que el Sol" y rezando la oración "Bendita sea tu pureza..."
Haciendo un esfuerzo podemos hasta entender que personas sin creencias o desafectas a la Iglesia, nieguen, critiquen, o pongan en duda nuestra fe, pero lo que no logramos a alcanzar es que una monja, dominica, de clausura, pueda proferir tal sarta de barbaridades. Tampoco comprendemos que ninguna autoridad eclesiástica competente sea capaz de colocar a dicha monja en su sitio: La santa calle. Allí, sin vinculación a ninguna orden religiosa, desposeída de su habito, que es lo que la da publicidad, que exprese las opiniones que la vengan en gana, que ya veremos el alcance que tienen, a quien le importan y el dinero que recibe por ellas. Dios tenga misericordia de esta pobre mujer, a la que su zafia lengua define, y de quienes le dejan hacer el daño que hace, sin velar por la fe del pueblo que tienen encomendado.
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