jueves, 13 de febrero de 2014

¡ MADRE INMACULADA, QUE NO NOS CANSEMOS !



El titulo de esta entrada son palabras de una oración compuesta por el Beato Manuel González que a mí me gusta mucho. Me viene siempre a la memoria cuando a uno le da por pensar que predicar en el desierto o machacar en hierro frío, tiempo "perdio". Y es que uno intenta poner alma, vida y corazón en todo lo que hace pero... Un ejemplo: Como consta en este mismo blog la semana pasada hemos tenido el mal llamado cursillo prematrimonial (digo mal llamado porque en esta parroquia  no es un cursillo prematrimonial, sino una catequesis de preparación Sacramento del Matrimonio, y a nadie se le pregunta si "vive en pecado" o en gracia de Dios -que por otra parte es como debe vivir un cristiano- ). Pues ayer mismo, en cierto programa, alguien, preguntad@ sobre el tema, opinaba que eso de los cursillos es perder el tiempo. 

¡Vaya, hombre! Horas dedicadas a organizar el cursillo y preparar los temas, intentando ser amenos y agradables, matrimonios colaboradores que dejan sus ocupaciones para prestar un servicio a los novios, profesionales de los que en sus gabinetes cobran cuantiosos honorarios, pero que en el cursillo orientan por amor al arte, solemnisima misa final con coro de postín para bendecir a las parejas, diplomas, sobres, sellos, comunicaciones... pues enterense ustedes,  todo ¡tiempo perdio!

Y me da por pensar si será que lo que no se paga no se valora. Porque en los banquetes de boda he visto como novios y familiares agradecen a "to quisqui" (director, maître, camareros...) lo que tienen obligación de hacer bien porque para eso se paga, pero aquí que "to es gratis" y ademas hecho todo de corazón, con espíritu de servicio, el 99%  no te dicen ni un educado y cortés "gracias" cuando ha concluido la ceremonia. Nada, de nada. Porque organizar un cursillo, hacer el expediente a deshora porque la "testigo" trabaja hasta las 9, abrir la iglesia a la floristera cuando a ella le venga bien venir (que suele ser cuando a las 2 cierra su tienda), ensayo de la ceremonia con los novios, poner y quitar taburetes y reclinatorios, tener prevista la música si no traen músico, cuidar que la iglesia esté impecable, barrer el arroz...nada, nada,  todo eso es tiempo perdió, y lo hacemos los curas para entretenernos.

¡Yo si que perdí una mañana esperando a la TV! Pero lo hice con gusto para dar gusto y servir en lo que puedo a mis feligreses, que los hay de todos los gustos. Pero bueno, eso no tiene valor, es parte de mi vida perdida. Menos mal que yo se muy bien que "el que pierda su vida la encontrara". 

¡Madre Inmaculada! ¡que no nos cansemos!  
Y perdonen ustedes el desahogo. Los curas también somos humanos.


Madre Inmaculada! ¡Que no nos cansemos!¡Madre Nuestra! ¡Una petición! ¡Que no nos cansemos!Sí, aunque el desaliento por el poco fruto o por la ingratitud nos asalte, aunque la flaqueza nos ablande, aunque el furor del enemigo nos persiga y nos calumnie, aunque nos falten el dinero y los auxilios humanos, aunque vinieran al suelo nuestras obras y tuviéramos que empezar de nuevo…¡Madre amada! ¡Que no nos cansemos!Ayúdanos a estar firmes, decididos, alentados, sonrientes siempre, con los ojos de la cara fijos en el prójimo y en sus necesidades, para socorrerlos; y con los ojos del alma fijos en el Corazón de Jesús que está en el Sagrario, para que ocupemos nuestro puesto, el que a cada uno Dios nos ha señalado, para defender a Cristo y a su Iglesia.¡Nada de volver la cara atrás!¡Nada de cruzarse de brazos!¡Nada de estériles lamentos!Mientras nos quede una gota de sangre que derramar, unas monedas que repartir, un poco de energía que gastar, una palabra que decir, un aliento de nuestro corazón, un poco de fuerza en nuestras manos o en nuestros pies, que puedan servir para dar gloria a Él y a Ti, para luchar siempre por el honor de Cristo y por el tuyo, y para hacer un poco de bien a nuestros hermanos…¡Madre nuestra, por última vez: que no nos cansemos!Queremos descansar sólo después del último hálito de nuestra vida,deseando morir amparados junto a tu Corazón y entre tus brazos.

1 comentario:

  1. Yo sí quiero expresar mi gratitud a los sacerdotes de esta Parroquia por su dedicación, su buen hacer, su disponibilidad y especialmente porque me ayudan a estar más cerca de Jesús en cada Eucaristía. Que Dios os recompense abundantemente.

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