Es "tradición" en nuestra parroquia que las catequistas de los grupos que han hecho la primera comunión este curso, obsequien con la merienda a las del primer curso. Así lo han hecho esta tarde, compartiendo café, refrescos y dulces, y sobre todo amistad nacida al calor de la parroquia, y de la actividad catequética.
Este acto pone fin a un intenso curso de actividades, que reanudaremos, si Dios quiere, en el mes de septiembre, con nuevos bríos, y esperamos también, que con nuevas catequistas, pues son muchos los niños que llaman a las puertas de nuestra parroquia y necesitan catequistas que les acerquen a Jesús.
Desde aquí felicitamos a las catequistas por su esplendida labor
¡Que Dios os lo pague!
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