sábado, 22 de diciembre de 2012

Día 4: No había sitio en la posada



El camino que lleva a Belén es camino de humildad, de amor fraterno. No hay humildad profunda sin amor verdadero; ni puede haber amor fraterno cualificado, sin humildad. Dios miró la humildad de la que se sentía pequeña; Dios exaltó a quien, Hombre por nosotros, se humilló hasta someterse a la muerte y muerte de cruz. Niño en Belén, desde su desvalimiento, nos está enseñando cómo hemos de llevar las cruces de la vida, las limitaciones, las incapacidades. Niño en Belén, cuidado por José y María que, dentro de su pobreza y desamparo, nos enseñan cómo lo que vale es el amor, el mimo, el calor del cariño.


Oh Llave de David y Cetro de la Casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ven y libra a los cautivos que viven  en tinieblas y en sombra de muerte.

V/       Cielos, enviad vuestro rocío.
R/       Ábrase la tierra y germine al Salvador.


Oremos.      Te pedimos, Dios Todopoderoso, tu ayuda, para que la próxima Solemnidad del
Nacimiento de tu Hijo, nos  sirva de protección para la vida presente y nos consiga los premios de la bienaventuranza eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Esta noche nos acompañaron los chicos del coro juvenil de nuestra parroquia. Nos deleitaron con tres villancicos populares preciosos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.