El camino que lleva a Belén es camino de humildad, de amor fraterno.
No hay humildad profunda sin amor verdadero; ni puede haber amor fraterno
cualificado, sin humildad. Dios miró la humildad de la que se sentía pequeña;
Dios exaltó a quien, Hombre por nosotros, se humilló hasta someterse a la
muerte y muerte de cruz. Niño en Belén, desde su desvalimiento, nos está enseñando
cómo hemos de llevar las cruces de la vida, las limitaciones, las
incapacidades. Niño en Belén, cuidado por José y María que, dentro de su pobreza
y desamparo, nos enseñan cómo lo que vale es el amor, el mimo, el calor del
cariño.
Oh Llave de David y Cetro de la Casa de Israel, que abres y nadie
puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ven y libra a los cautivos que
viven en tinieblas y en sombra de
muerte.
V/ Cielos, enviad vuestro
rocío.
R/ Ábrase la tierra y
germine al Salvador.
Oremos. Te pedimos, Dios
Todopoderoso, tu ayuda, para que la próxima Solemnidad del
Nacimiento de tu Hijo, nos
sirva de protección para la vida presente y nos consiga los premios de
la bienaventuranza eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Esta noche nos acompañaron los chicos del coro juvenil de nuestra parroquia. Nos deleitaron con tres villancicos populares preciosos.
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