Se camina cantando; se hace así
más llevadero el camino, más corta la jornada. Cantares de Sión, la hermosa;
cantares de Jerusalén, la visión de paz que anhelamos.
Contra todas las formas de falsa paz, El nos trae la paz verdadera,
porque el que va a nacer es Nuestra Paz, como es nuestra Vida, nuestra Luz,
nuestra Verdad. Y ¿quién nos apartará de Él, del amor de Cristo? “¿la
tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿los peligros?”
Como el Apóstol estamos seguras “de que ni la muerte ni la vida, ni criatura
alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor
nuestro.”
Oh Renuevo del Tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los
pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones,
ven a librarnos, no tardes más.
V/ Cielos, enviad vuestro
rocío.
R/ Ábrase la tierra y
germine al Salvador.
Oremos. Concédenos, Dios
todopoderoso, que la fiesta ya cercana del Nacimiento de tu
Hijo, nos reconforte en esta vida y nos obtenga la recompensa eterna.
Por Jesucristo, Nuestro
Señor. Amén
Hoy nos acompañó en la Santa Misa y en los villancicos el coro de los Heraldos del Evangelio, que con ritmos clásicos y populares animaron a todo el auditorio.
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