En
cierta ocasión oí decir a un obispo que cuando llegaba a una parroquia, sabía
enseguida como funcionaba por el “tablón de anuncios”. Puede que a lo mejor sea
una exageración episcopal, pero sí es cierto que un tablón de anuncios,
“anuncia” en primer lugar el talante de una parroquia (por no decir del
párroco): Orden, información al día de horarios, jornadas, cultos, actividades
varias... son “imponderables” que forman parte de la vida
parroquial y que no hay que descuidar, pues de nada nos sirven grandes jornadas
parroquiales, reuniones y asambleas, solemnes cultos, si luego es imposible encontrar la mas mínima
información, de a que hora se celebra la misa diaria, en que momento está el
párroco en el despacho, o cuando comienzan las catequesis... ¡Cuantas
iniciativas evangelizadoras perdidas
simplemente porque en ningún lugar se anunciaron con una adecuada
propaganda! que no equivale a un “carísimo” despliegue de “posteres” de tal tamaño
que no hay tablón parroquial que los soporte.
Siempre
me ha gustado que las parroquias por donde he pasado estén al menos “informadas”
del devenir parroquial. Lo he intentado por distintos medios, en primer lugar
por el mas simple de todos que es colocar la información oportuna en el sitio
oportuno (en la puerta de la iglesia el horario de cultos y en la del despacho
el del mismo, y por supuesto ¡cumplirlo!). Después el tablón de anuncios, con
las informaciones puntuales, las diversas campañas que la Iglesia va celebrando a lo
largo del año, etc. En ninguna de las parroquias por las que he pasado ha faltado
nunca la “Hoja Parroquial”, con una frecuencia adaptada a la feligresía, pues
no genera las misma necesidades informativas una parroquia de doscientos feligreses,
que otra de dos mil, o ahora una de trece mil. Al principio mis “hojas” fueron mecanografiadas y fotocopiadas, de elaboración artesanal a
base de “corta y pega” en el sentido literal de la expresión (tijera y barra de
pegamento). Mas tarde la informática dignificó las “hojas” con los procesadores
de textos qué permiten un sinfín de posibilidades y maquetaciones. Al día de
hoy el papel ha sido sustituido por la pantalla del ordenador qué, además de
colaborar al respeto del medioambiente, como nos pide el Papa Francisco en “Laudato si”, (en un capítulo que no parece se hayan leído en los obispados) permite una información mas fluida, frecuente y puntual, que llega a donde no podemos ni imaginar. Y en
eso ando, por medio de este blog, para mi es otro servicio pastoral a la
feligresía qué, de momento, tengo confiada.
Por
todo esto me gusta mucho la iniciativa de la “Hermandad de la Oración en el Huerto”, por
tantos conceptos admirable, y pionera de muchas acciones (que otros van
“copiando”, aunque no les guste reconocerlo) que van creando en Don Benito un
estilo de hacer las cosas en lo que al mundo cofrade se refiere. Una de esas laudables
iniciativas es la sencilla “Hoja Informativa” que editan mensualmente durante
los meses del curso, y que tiene a su favor, entre otras cosas, la poco
frecuente virtud de la constancia, pues como suele repetir un amigo mío: “lo
difícil no es fundar en pobreza, lo complicado es luego mantenerla”, que
traducido al tema que nos ocupa significa que en estas cosas de “las hojas
informativas”, sacar el número uno es relativamente fácil, lo meritorio es ir
ya ¡por el número diecisiete! Por eso felicidades a esta admirable “corporación
cofrade”, que derrocha ilusión y ganas de hacer las cosas bien; y aquí os dejo
la “Hoja”, que se puede recoger en los expositores de la entrada de la iglesia.
Y UN POCO DE HUMOR...
QUE TAMPOCO VIENE MAL
-DE AVISOS PARROQUIALES-
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