Aunque popularmente celebramos la Virgen de Guadalupe el 8 de septiembre, coincidiendo con la fiesta de la Natividad de Ntra. Sra. sin embargo la fiesta litúrgica se celebra el 6 de septiembre, pues así lo determinó el Papa San Pio X al proclamarla patrona de Extremadura en 1908.
El arzobispo de Toledo, acompañado de los obispos con sede en Extremadura y numerosos sacerdotes, preside la fiesta popular de Ntra. Sra. de Guadalupe, colocada en el centro del presbiterio bajo el magnifico baldaquino barroco. |
El día seis por la mañana tiene lugar en la Basílica del Real Monasterio la ofrenda floral y la misa solemne del patronato. Por la tarde, se produce uno de los ritos guadalupenses que más fieles congrega y mayor fervor suscita, la bajada de la Virgen desde el camarín hasta el altar mayor. El rito se desarrolla siguiendo una antiquísima ceremonia: Concluida la Misa y novena (que ese día se celebra a las 19.30), el celebrante principal (que suele ser en los últimos años el arzobispo de Mérida-Badajoz), la comunidad franciscana y los sacerdotes concelebrantes, suben en procesión hasta el camarín; allí aguarda, velada con velo de tisú de plata, la venerable y vetusta imagen de Ntra. Sra. de Guadalupe, despojada de sus mantos y joyas. Una vez todo el clero en el camarín, el maestro de ceremonias entrega el Niño Jesús, en un azafate de plata, al obispo que preside, la imagen de la Virgen al padre guardián, y sucesivamente va repartiendo manto, corona, cetro... a la comunidad y sacerdotes. Organizada de nuevo la procesión va "descendiendo" cantando el "Magnificat" hasta el presbiterio, donde esta preparada la llamada "Cama de la Mora".
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La Virgen de Guadalupe en la llamada "Cama de la Mora", especie de dosel del que penden cortinas, que son descorridas una vez que la Virgen es de nuevo vestida tras la bajada del camarín. |
Allí es colocada la imagen, que una vez vestida y adornada con sus más ricas preseas, es mostrada al pueblo, descorriéndose las cortinas de damasco carmesí que la cubren, mientras las campanas repican, los carillones giran sin cesar, el órgano despliega toda su trompetería, y los fieles aclaman a la Reina Coronada de Extremadura y de la Hispanidad.Una vez cantada la Salve, la imagen vuelve a ser velada, en recuerdo de los siglos en que estuvo oculta, hasta el amanecer del día siguiente, en que pasa a ocupar el magnifico baldaquino instalado en el centro del altar mayor, desde donde presidirá la fiesta del día ocho. El día nueve, con el mismo rito, será de nuevo subida al camarín.
Tras la "Misa de Peregrinos" en la mañana del día 7, los velos de la "Cama de la Mora" son descorridos, y la imagen pasa a ocupar el centro del presbiterio |
Es un acto de los más bonitos y fervorosos que pueden vivirse en Guadalupe. Todos los años que podemos solemos participar algún sacerdote de la parroquia, así como en la fiesta del día 8, aunque este año por ser domingo nos va ha ser imposible.
Me enteré por este blog del acto de Guadalupe y fui al monasterio, pues no lo conocía. Muchas gracias, viene emocionada de lo que allí viví. ¡que amor a la Virgen! que precioso todo, que emocioante le momento en que se abrio la cortina y aparecio la Virgen. Les agradezco la labor que hacen con este blog que nos gusta mucho, por lo menos a mi. A. Mora.
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