Este fin de semana, los jóvenes de nuestra parroquia, han vivido una aventura maravillosa con jóvenes de las parroquias de Guareña, Santa Amalia, San Sebastián y Santiago y algunos del colegio Sagrado Corazón.
Como don Amadeo nos dijo en la sacristía de Guadalupe el domingo, al finalizar la misa, caminar siempre es una aventura, pues uno nunca sabe lo que se va a encontrar en el camino, desde luego no se equivocaba...
El viernes llegamos a Berzocana entre aguas, ahora si, ahora no... entre chaparrón y chaparrón pudimos ir a la iglesia y conocer el sepulcro de los santos patrones de nuestra diócesis, San Fulgencio y Santa Florentina.
El sábado no hubo descanso, todo el día lloviendo, uno ratos muchos y otros más... Pero con la audacia y la valentía y caracterizan a la juventud emprendimos el camino, un camino que no fue muy largo, en menos de un kilómetro estamos calados hasta los huesos y tuvimos que pedir auxilio para que vinieran a recogernos y llevarnos a Navezuelas.
Cuando llegaba el autobus, paro la lluvia lo suficiente para hacernos una foto, pues cuando aun no habíamos salido del pueblo volvía a llover.
Por la tarde nos unimos a la comunidad parroquial en la celebración de la Santa Misa tras la cual regresamos al pabellón donde terminamos la jornada con diferentes actividades, entre las que destaca la velada que ellos mismos prepararon por la tarde.
Al día siguiente el cielo nos dejo caminar, aunque el agua que no recibimos de arriba, nos vino de abajo, pues la tierra manaba agua abundante que formaba a nuestro paso preciosos riachuelos e imágenes maravillosas.
Tardamos un poco más de la cuenta por la dureza del camino, pero mereció la pena para llegar a nuestra meta, que era contemplar a María bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe e ir con ella de la mano hasta su hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Muchas gracias a todos los que han hecho posible esta peregrinación.
Al día siguiente el cielo nos dejo caminar, aunque el agua que no recibimos de arriba, nos vino de abajo, pues la tierra manaba agua abundante que formaba a nuestro paso preciosos riachuelos e imágenes maravillosas.
Muchas gracias a todos los que han hecho posible esta peregrinación.
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