No ha comenzado muy bien el curso escolar y esta es la pregunta estrella de la vida parroquial por parte de los padres cuyos hijos han alcanzado tercero de primaria.
Uno, que es inocente, piensa y se alegra del gran interés de los progenitores por la educación cristiana de su prole y del cuidado que ponen por su vida sacramental, lo que es del todo loable. Pero como inocente no es lo mismo que tonto, también se da cuenta que algo no cuadra en este interés inusitado por saber cuando empieza la catequesis de primera comunión... Ciento treinta y cinco niños la recibieron el pasado curso en nuestra parroquia, de los cuales no llegan al 1% los que han seguido participando en la Eucaristía que con tanto fervor sus padre pidieron para ellos. ¿Que querían de verdad quienes les inscribieron para "hacer la primera comunión"? ¿Que pensaban que era eso de "hacer la comunión"? ¿Unas cuantas catequesis y misas que acaban en un gran banquete? ¿Un encuentro familiar? ¿Un alarde de medios económicos? ¿Una fiesta infantil que ningún niño puede perderse?
Y uno que siempre tiende a pensar bien, se consuela con aquello de que "algo quedará"; sí, ciertamente algo queda:
.- En el que comulga y su familia una experiencia muy lejos del Evangelio y por ello antipedagógica y nociva para la fe.
.- En los sacerdotes, catequistas y responsables de la formación cristiana, la sensación de estar perdiendo el tiempo con personas que no valoran lo que reciben, o, incluso -hablo personalmente- de estar cometiendo un grave sacrilegio colaborando con quienes convierten el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, en una excusa para celebraciones que ofenden profundamente a Dios por muchos motivos (falta de fe, derroches, vanidades....)
Me pregunto y os pregunto ¿En un mundo donde muchos cristianos están siendo masacrados (aunque nunca lo digan la televisión y los periódicos) por tomarse en serio su fe, ¿podemos seguir con nuestras "comuniones" de postín, sin compromiso alguno, sin las mínimas exigencias de la fe? ¿Creéis de verdad que sirve de algo una comunión sin Dios?
En nuestra parroquia el curso pasado, al acercarse los padres a inscribir a sus hijos, les entregamos una carta-reflexión, que estoy seguro la mayoría no leyeron, vistos los resultados. Este año, haremos una lectura comunitaria de la misma antes de entregar la ficha de inscripción, y daremos algunos criterios que ayuden a discernir para qué apuntar a los niños a la catequesis. Luego que cada uno obre en conciencia,
A nadie se le oculta que pasamos por un momento delicado en la vivencia de la fe católica, y yo estoy firmemente convencido que la fe se ha debilitado, entre otras cosas, -pero esta es principal- por la recepción indiscriminada de los sacramentos, unida a la incoherencia que es, para mí, uno de los signos distintivos de nuestros tiempos.
Soy consciente al escribir estas lineas que afortunadamente tienen sus excepciones, porque hay familias que se toman en serio la fe, y quieren para sus hijos la Eucaristía porque saben lo que es y lo que supone. A todos intentaremos seguir ayudando a descubrir el "Misterio de nuestra fe", para que ni en niños ni mayores ocurra lo que ilustran las viñetas que acompañan esta entrada y que son para pensar.
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