miércoles, 30 de junio de 2021

QUIZÁS POCOS LO SEPAN....

PERO JULIO ES EL MES DEDICADO A LA PRECIOSA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


Una devoción particular en la Iglesia Católica relacionada con la Pasión de Jesucristo consiste en honrar su Preciosa Sangre. Es un reconocimiento del sacrificio de Jesús y de cómo derramó su sangre para la salvación de la humanidad.  Además, esta sangre se hace presente a través del don de la Eucaristía y es algo que podemos consumir en la misa, junto con el cuerpo de Cristo, bajo la apariencia de pan y vino.

Con el tiempo, la Iglesia desarrolló varias fiestas de la Preciosa Sangre, pero no fue hasta el siglo XIX cuando se estableció una fiesta universal.

Durante la Primera Guerra Italiana por la Independencia en 1849, el Papa Pío IX se exilió a Gaeta. Fue allí con Don Giovanni Merlini, tercer superior general de los Padres de la Preciosa Sangre.

Mientras la guerra seguía en su apogeo, Merlini le sugirió al Papa Pío IX que creara una fiesta universal a la Preciosa Sangre para rogar a la ayuda celestial de Dios para que terminara la guerra y llevar la paz a Roma. Pío IX posteriormente hizo una declaración el 30 de junio de 1849 de que tenía la intención de crear una fiesta en honor de la Preciosa Sangre. La guerra pronto terminó y regresó a Roma poco después.

El 10 de agosto lo hizo oficial, y proclamó que el primer domingo de julio se dedicará a la Preciosa Sangre de Jesucristo. Más tarde, el Papa Pío X asignó el 1 de julio como la fecha fija de esta celebración.

Después del Concilio Vaticano II, la fiesta se eliminó del calendario, pero se estableció una Misa votiva en honor de la Preciosa Sangre que se puede celebrar en el mes de julio (como en la mayoría de los otros meses del año).

Por estas razones, todo el mes de julio se dedica tradicionalmente a la Preciosa Sangre, y se alienta a los católicos a meditar en el sacrificio profundo de Jesús y el derramamiento de su sangre por la humanidad.


Una forma de devoción a la Preciosa Sangre de Ntro. Sr. Jesucristo es la recitación de las “Letanías de la Preciosa Sangre”:

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo óyenos.

Cristo escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Sangre de Cristo, hijo único del Padre Eterno,  sálvanos

Sangre de Cristo, Verbo encarnado, sálvanos

Sangre de Cristo, Nuevo y Antiguo Testamento,  sálvanos

Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra durante su agonía,  sálvanos

Sangre de Cristo, vertida en la flagelación. sálvanos

Sangre de Cristo, que emanó de la corona de espinas,   sálvanos

Sangre de Cristo, derramada sobre la Cruz, sálvanos

Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación,  sálvanos

Sangre de Cristo, sin la cual no puede haber remisión,  sálvanos

Sangre de Cristo, alimento eucarístico y purificación de las almas,  sálvanos

Sangre de Cristo, manantial de misericordia,  sálvanos

Sangre de Cristo, victoria sobre los demonios,  sálvanos

Sangre de Cristo, fuerza de los mártires,  sálvanos

Sangre de Cristo, virtud de los confesores, sálvanos

Sangre de Cristo, fuente de virginidad, sálvanos

Sangre de Cristo, sostén de los que están en peligro,  sálvanos

Sangre de Cristo, alivio de los que sufren, sálvanos

Sangre de Cristo, consolación en las penas,  sálvanos

Sangre de Cristo, espíritu de los penitentes,  sálvanos

Sangre de Cristo, auxilio de los moribundos, sálvanos

Sangre de Cristo, paz y dulzura de los corazones, sálvanos

Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna, sálvanos

Sangre de Cristo que libera a las almas del Purgatorio, sálvanos

Sangre de Cristo, digna de todo honor y de toda gloria, sálvanos

 

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

 

V.- Nos rescataste, Señor, por tu Sangre.

R.- E hiciste nuestro el reino de los cielos.

 

Oremos: Dios Eterno y Todopoderoso que constituiste a tu hijo único Redentor del mundo, y que quisiste ser apaciguado por su sangre, haz que venerando el precio de nuestra salvación y estando protegidos por él sobre la tierra contra los males de esta vida, recojamos la recompensa eterna en el Cielo.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


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