Por las almas de los fallecidos, por la recuperación
de los heridos, por las familias sumidas en el dolor.
Escucha, Señor, nuestras súplicas
y haz que tus siervos,
que han salido de este mundo,
perdonados de sus pecados y libres de toda
pena, gocen junto a ti la vida inmortal;
y, cuando llegue el gran
día de la resurrección y del premio,
colócalos entre tus santos y
elegidos.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén
Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la Luz perpetua. |
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