miércoles, 11 de septiembre de 2024

PUERTAS ABIERTAS


Desde el año 2015 en que comenzamos esta actividad, siguiendo las consignas del Papa Francisco en "Evangelii Gaudium"  47, este apostolado parroquial ha sido una hermosa realidad, que ha cumplido con su fin de procurar tener el templo abierto, siempre con adoradores, que son los primeros beneficiarios de un rato fijo de oración en la semana delante del sagrario, y a su vez benefician a los que pasan por la iglesia y encuentran sus puertas abiertas, para un rato de oración, el  cumplimiento de alguna devoción o en busca de alguna información.

Los años han ido pasando, los turnos se han ido renovando, pero es hora de buscar nuevos adoradores que cubran las "vacantes", de tal manera que en ningún rato esté la iglesia sola.

Os invitamos a los que podáis a participar en este verdadero apostolado, el mas importante de todos, que es el de la oración y el de la intercesión, a apuntaros en alguno de los turnos. Lo agradeceréis vosotros, y os lo agradecerá el Señor.



domingo, 8 de septiembre de 2024

DE BIEN NACIDOS ES EL SER AGRADECIDOS

Al finalizar la Santa Misa del pasado sábado 7 de septiembre, que fue cantada por el coro parroquial, bajo la dirección de Rosario Pinto,  quisimos rendir un pequeño homenaje de gratitud a la que ha sido durante muchos años gran colaboradora de la parroquia, la religiosa Hija de María Madre de la Iglesia (azules), Sor Adriana Faba Delgado.

Nuestro párroco, en nombre de la feligresía, se dirigió a ella con las siguientes palabras, que dejamos aquí consignada para recuerdo de todos: 

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"Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va, va dejando una huella que no se puede borrar…"

Sé que no soy para nada original, pero esta letra de la popular y conocida sevillana, expresa lo que muchos sentimos en esta tarde.

Querida Adriana:

Desde hace 14 años, tu presencia ha sido de las habituales en esta parroquia; en ti hemos encontrado una amiga entrañable, una colaboradora en todas las actividades, un apoyo en tantas iniciativas; pero, sobre todo, en ti hemos encontrado siempre a una autentica religiosa, “amante” de Jesús y de su Madre la Virgen; que eso, creo yo, es lo mejor que se puede decir de una mujer que, desde la adolescencia ha entregado su vida al Señor.

Dejas una huella honda -a nadie se le oculta- por más que a ti te guste pasar desapercibida:

.- En tu querido colegio del Sagrado Corazón, donde te has dejado la piel por la congregación, donde tanto has trabajado por dar a conocer a la Beata, elevando sus fiestas a una verdadera celebración popular.

.- En Don Benito donde has sido una monja querida, valorada y respetada.

.- Y en nuestra parroquia, que siente especialmente tu marcha por lo mucho y bueno que en que les has servido, especialmente en las cosas que se refieren el culto solemne de Dios, al que tú tantas veces ha puesto voz y música, sentada al órgano que ahora se nos queda mudo, como el arpa de Bécquer, esperando una mano de nieve que sepa de nuevo arrancar sus notas para gloria del Único que la merece.

Aquí nos quedan muchos recuerdos tuyos, el más visible de ellos la imagen de tu Madre fundadora, la beata Matilde, que tú te encargaste de procurarnos en las altas instancias de la congregación, para que aquí fuera venerada. Quédate segura que, cuando recemos a Madre Matilde y celebremos sus cultos, tu nombre y tu recuerdo estará siempre muy presentes, como el de una hija ejemplar que, de tantas formas supo acercarnos a querer y conocer a nuestra querida beata.

Nosotros queremos también que tengas un recuerdo nuestro, de toda la parroquia, de los que días tras día, en estos catorce años, hemos compartido la fe en esta casa querida.  Es difícil regalar algo a una monja, que necesita poco y de lo poco, poco. No es un regalo original, pero puedes estar segura que recoge el cariño de todos.

Es una Virgen que podemos decir “está de moda” (podéis buscarla en Internet), la Virgen de la Alegría, blanca, muy dulce, con el Niño Jesús en sus brazos. Que ella vaya contigo a Cáceres, o a donde quiera que la obediencia te destine, y sea tu Madre, tu Maestra, tu Guía y la Causa de tu alegría. Y que, cuando la mires, te arranque un recuerdo y una oración por esta parroquia de Santa María.

Querida Sor Adriana, cuando el año 2020 aquella pandemia de infausto recuerdo te dejo tan al borde de la muerte que hasta te dieron tan por muerta, cuando “regresaste” a la vida yo te dije que, en lugar de Sor Adriana, te íbamos a llamar “Sor Resurrección”. Pues sigue afrontando esta nueva etapa de tu vida con la fuerza, el coraje, la decisión, la valentía y el amor de una seguidora del Resucitado, como lo has sido hasta ahora. Nada de bajos ánimos.

¡Adelante, siempre adelante, Dios es nuestra ayuda, no nos falte la fe!

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A estas palabras, Sor Adriana respondió emocionada, agradeciendo a todos su cariño, y acogida desde el principio en la parroquia por parte de todos los que la componen, y donde siempre se ha sentido "cómo en una segunda casa".

Rosario Pinto declamó un poema compuesto por ella para la ocasión, con versos que respondían al acróstico "Sor Andriana, te queremos", y en nombre del Coro Parroquial, la secretaria le hizo entrega de una fotografía con todos los componentes del mismo.








miércoles, 4 de septiembre de 2024

INSCRIPCIONES PARA LA CATEQUESIS DE LOS QUE (SI ESTÁN PREPARADOS) HARÁN SU PRIMERA COMUNIÓN EN 2026

 




En esta parroquia estamos encantados de preparar a los niños de familias cristianas, que valoran la fe para la primera comunión, de hecho todos los años la reciben aquí una media de cien niños.  

Pero por favor, si lo que quieres es esto...


ahórranos perder el tiempo, y ahórrate perderlo tú.



martes, 27 de agosto de 2024

EL "GRUPO PARROQUIAL" DE LA MISA DE DIARIO

 


Es mi intención con estas líneas rendir un homenaje a la fidelidad de aquellas personas que, incluso cuando el termómetro marca 41º C a las ocho y media de la tarde, no faltan a la cita de la misa diaria en la parroquia de Santa María de Don Benito, donde soy párroco actualmente y, en ellos, a todos los que cada día, en todas las iglesias del mundo,  encuentran en la Santa Misa el centro y la fuente de su vida cristiana.


EL GRUPO PARROQUIAL DE “LA MISA DE DIARIO”

Hace años, cuando el que esto escribe era un joven sacerdote en los inicios de su ministerio, y cuando la Iglesia diocesana gozaba todavía de una cierta vitalidad y capacidad de convocatoria, era la “moda pastoral” (y como toda moda ya caída en desuso, entre otras cosas por el reducidísimo número de sacerdote) organizar el “Día del Arciprestazgo”, celebración que solía tener un carácter festivo-formativo-convivencial.  En nuestro arciprestazgo de entonces, el de Navalvillar de Pela, también se organizaba esta jornada, que era de recibo, pues desde las instancias superiores nos repetían constantemente aquel mantra que “la parroquia no puede ser un reino taifa”; había por eso que conocerse, programar acciones pastorales en común, aunar criterios y “tener conciencia de arciprestazgo”. Lo cierto y verdad es que, en aquellos entonces, sea por la novedad, sea por las ganas de salir de los pueblos, sea porque había más implicación empezando por los sacerdotes que éramos más numerosos, la participación era significativa, acudían gentes de todas las parroquias, que esperaban con ilusión “el día del arciprestazgo”.

No faltaba en esa jornada la típica reunión por “grupos”. Como en nuestras parroquias, todas ellas rurales, no existían “movimientos”, los grupos de trabajo se formaban por lo que era común en todas ellas: catequistas, liturgia, Cáritas, monaguillos, jóvenes, cofradías, limpieza y ornato de los templos…

En una de las reuniones preparatorias del “Día del Arciprestazgo”, al arcipreste, que era Don Juan José Gallego Palomero, hombre dinámico, creativo donde los haya (quizás por eso nunca valorado suficientemente en un mundo “donde nadie es profeta en su tierra”) se le ocurrió que un grupo presente en todas las parroquias era también “EL GRUPO DE LA MISA DE DIARIO”. A todos nos pareció estupenda la idea; y dicho y hecho, también hubo reunión en aquella ocasión del grupo “de los que iban a misa a diario”.

Y es que en todas las parroquias suele haber diversos grupos, que forman parte del entramado de la misma. En las parroquias rurales, que son la inmensa mayoría en nuestra diócesis, no faltan los grupos ya reseñados: catequista hay en todos los pueblos, personas que se encargan del mantenimiento del templo y del culto, lo mismo; no faltan quienes se encargan de administrar los recursos de caridad o los de la parroquia. En las parroquias más urbanas, amén de estos grupos básicos, suelen estar implantados también algunos “movimientos” de carácter supraparroquial según la moda del momento; son grupos que dan gusto a distintas “espiritualidades”, suelen estar unidos a la “sensibilidad” del párroco que los acoge, y se nutren de gentes que van y vienen, aparecen y desaparecen, “buscan y no encuentran” nada a su medida.

Pero de todos los “grupos parroquiales”, el que más parroquia hace, el que más evangeliza porque es el que ora constantemente, el que más busca la gloria de Dios, que es en definitiva el único y verdadero plan pastoral de la Iglesia de todos los tiempos, y el que incluye la finalidad de todos los demás grupos, es el de la misa de diario, fiel donde los haya, sin cambiar de un lugar a otro, venga el cura que venga,  truene o diluvie, marque el termómetro un grado o cuarenta y dos, allí están, cada día, frente al altar, que es donde la Iglesia se construye y vive.

Mi reconocimiento para todas las personas que han hecho de su participación diaria en la Santa Misa el alimento espiritual de su vida, porque han descubierto el “verdadero tesoro”; porque con su presencia diaria y devota, sin protagonismos de ninguna clase son el “alma de la parroquia”, y un estímulo para que los sacerdotes, que somos –o debiéramos ser- los “hombres para la eucaristía”, renovemos y encontremos cada día sentido a nuestra entrega y ministerio.

Doy gracias a Dios por toda esta gente, que en tiempos de pocas fidelidades, en los que muchos han abandonada su práctica religiosa, a la pregunta de Jesús “también vosotros queréis marcharos”, han respondido con su presencia en la misa de cada día, en la adoración eucarística frecuente, y en el rosario mariano “Señor a quien vamos a acudir, solo tú tienes palabras de vida eterna”.

Juan Manuel Miguel Sánchez

Párroco