viernes, 16 de abril de 2021

A PROPÓSITO DE UNAS FOTOGRAFÍAS



Nuestro buen amigo Dovane, nos recordaba el 15 de abril en sus “Efemérides Dombenitenses” el aniversario del nacimiento de Don Benedicto Barbero Bermejo, párroco que fue de Santa María y arcipreste de Don Benito,  sacrificado en aquellos días aciagos de nuestro pasado no tan lejano, en los que estaba "prohibido" creer en Dios, y violar esta "ley" se castigaba con la muerte.

Prácticamente no existe material gráfico de Don Benedicto, solo unas pocas fotografías tipo “carnet” (por el tamaño y poca calidad), y otra de grupo, en la puerta principal de Santa María, con motivo de la fundación de las Juventudes de Acción Católica, en Don Benito en 1933.

Pero a la pericia de Dovane no se resiste nada, y él mismo ha procedido al tratamiento informático de una de las fotografías, que es la más difundida, optimizándola de tal modo que, si se amplia la imagen, pueden observarse hasta los poros de la piel. Se lo agradecemos de todo corazón, pues de este modo contamos con un material muy valioso a la hora de la difusión del proceso de beatificación en curso; así como que haya tenido el detalle de regalar a la parroquia la misma fotografía en soporte físico, para su custodia, y poder exponerla cuando sea conveniente.


Siguiendo con el tema, también llegaba al día siguiente, otra imagen relacionada con Don Benedicto. Se trata de una fotografía de grupo, de la que el original es propiedad de un familiar de los fotografiados (en la parroquia tenemos una ampliación). Don Benedicto aparece en el centro, rodeado de otros dos sacerdotes, y de una amplio grupo de muchachos; la ocasión es el día de la inauguración del centro de la Juventud Masculina de Acción Católica de Don Benito, que tuvo mucha relevancia, hasta el punto de merecer una nota en el ABC de la época.

Esta vez es Andrés Sánchez Diaz, el que ha tenido la idea de superponer el original a una fotografía actual de la portada principal de Santa María, como para completar el fondo Me ha gustado mucho y me ha sugerido dos reflexiones que comparto con los seguidores de este blog.


Primero: La valentía de aquellos sacerdotes (tres aparecen en el centro de la fotografía) y jóvenes que, a pesar de la que,"estaba cayendo” ya en 1933 a nivel social y político, no tenían miedo de manifestar su fe, ni de ponerse a fundar (en plena república famosa por sus leyes anticatólicas) una asociación religiosa que llevaba consigo una fuerte opción por manifestar y defender la fe, sin complejos de ningún tipo. Dar el nombre a una asociación católica en aquella época,  era ponerse en el punto de mira de los enemigos de Dios.  Uno de los sacerdotes de los que aparece en la foto (el mas joven, capellán de las carmelitas) fue también mártir; y algunos de los chicos que aparecen, cayeron victimas de la lucha fratricida que segó aquella floreciente juventud, llena de ideales.


Segundo: De aquel grupo ya no vive nadie lógicamente; ¡pero el fondo de la fotografía es el mismo que vemos nosotros cada día ¡la parroquia! (convertida en almacén, cochera y depósito de inmundicias en los días de la contienda civil), ¡Santa María! Un templo alzado –cómo todos- a gloria de Dios; hasta la puerta de madera, si se fijan, es la misma que atravesamos tantas veces y que yo abro todos los días. Y es que todo pasa. Pasamos nosotros. Pasan los regímenes políticos con sus fobias y filias. Pasan los que tiene por profesión odiar todo lo que “huele” a Dios, pero que irremediablemente bajaran a la tumba, y con ellos sus odios sin sentido, que hacen sufrir a los que intentan vivir sencillamente su fe, sin hacer mal a nadie. 

Esta foto es una prueba de que todo pasa. Solo Dios permanece. ¡ Que cosa tan ridícula luchar contra él! ¡Que batalla tan perdida de antemano!

Que bonita fotografía; que profunda lección de fe, de valentía, de permanencia, de estabilidad, y de que el espíritu siempre vence.

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