martes, 28 de enero de 2020

TEMPERATURA DE LA FE

Oí decir muchas veces a un querido sacerdote que "la fe que no toca el bolsillo ni es fe ni es nada" y,ciertamente, no hacía mas que poner en román paladino una cita de la Sagrada Escritura: "La fe sin obras es una fe muerta" (St 2,14).

Ese es el valor que damos a las cifras de la pasada campaña de caridad en nuestra parroquia durante el periodo navideño. Nos alegramos sobre todo porque si  "el fruto de la fe son las buenas obras" (St 2,17), podemos decir, por los frutos, que la "temperatura de fe" de nuestra feligresía está en baremos adecuados.

El amor a Jesús manifestado en la vida espiritual, en la práctica de los sacramentos, en la adoración eucarística,  en los ejercicios de piedad... y en todo lo que se refiere al culto de Dios y a la formación cristiana, da como fruto el servicio a los pobres, como cara de una misma moneda, sin dicotomías ni divisiones, que siempre fueron extrañas a la fe auténtica y sana. Ni espiritualidad desencarnada, ni compromiso sin espiritualidad. Y esto es lo que sencillamente intentamos vivir.


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