lunes, 20 de enero de 2020

AL HILO DEL "DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS"


Por medio de la carta apostólica, en forma de motu propio "Aperuit illi", firmada el pasado 30 de septiembre, fiesta de San Jerónimo, primer traductor de la Santa Biblia de sus lenguas originales al latín (vulgata), el Papa Francisco ha pedido que el tercer domingo del tiempo ordinario esté dedicado especialmente a a la Palabra de Dios: 

"Así pues, establezco que el III Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios. Este Domingo de la Palabra de Dios se colocará en un momento oportuno de ese periodo del año, en el que estamos invitados a fortalecer los lazos con los judíos y a rezar por la unidad de los cristianos. No se trata de una mera coincidencia temporal: celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad".


En nuestra parroquia, al socaire de esta disposición papal, hemos comenzado a dedicar los domingos del tiempo ordinario, que van desde su inicio hasta el comienzo de la cuaresma, no solo a la "Palabra de Dios", sino a todo el contexto en el que escuchamos de forma privilegiada esta Palabra, que es la Santa Misa; así, ayer, segundo domingo del tiempo ordinario, nuestro párroco inició un ciclo de homilías, dedicadas a ayudarnos a vivir mejor la Santa Misa, cómo fuente y culmen de la vida cristiana, comenzando por explicar el acto penitencial, que da principio a la Misa, y que nos dispone para sentarnos con las debidas disposiciones a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía.

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