viernes, 17 de febrero de 2017

APOSTOLADOS MENUDOS


Confieso que nunca fui devoto de los llamados "planes pastorales" que los "técnicos" elaboran en las diócesis y que, con una vigencia anual, trienal o quinquenal, se editan y presentan con todo aparato, cual si de la antigua bula de la cruzada se tratase. Tengo para mí que solo sirven -en el mejor de los casos- para adorno de los anaqueles del despacho parroquial, pues no conozco ningún cura -y conozco muchos- que los tenga por referencia pastoral de la parroquia. Hagan la prueba de preguntar a cualquier sacerdote cual es la prioridad pastoral según el plan pastoral trienal de la diócesis, y a ver que responden. Lo mismo me pasa con la literatura pastoral diocesana, que he dejado de leer porque a mi, que tiendo por naturaleza a ver la botella mas medio vacía que medio llena, no me hacia ningún bien tanto estudio de la desesperanza y el desanimo, y me acuerdo de aquella frase de la Santa: "No están los tiempos para espíritus flacos". 

Os confieso que yo soy mas de lo que alguien ha llamado "apostolados menudos", pues estoy convencido que en ellos sopla el Espíritu de Dios con mas libertad que en los encorsetados "planes pastorales", y se adaptan mejor a la realidad cotidiana sin necesidad de concienzudos análisis, ni grandes y costosos eventos. He sido testigo del fruto de muchos de estos apostolados: Gracias de conversión, de amor al Señor y a los hermanos, y de fidelidad a la Iglesia, que es el fin de todo apostolado.



Un ejemplo: Con motivo de celebrarse este año el centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima se me ocurrió poner en marcha la "Virgen Peregrina", un pequeño oratorio con la imagen de la Stma. Virgen, que se confía a las familias que lo solicitan.  Las palabras del pequeño ritual casero con que entregamos el oratorio cada sábado al final de la misa,  son todo un "programa": 


En nombre de la Iglesia te entrego esta imagen de la Virgen. Recibela como el apóstol Juan la recibió en su casa. 
Y tu Virgen María bendice y protege a quien te ofrece su familia y su hogar.

Parece mentira que tan sencillo gesto cause en las personas tan honda emoción, pues he visto hasta alguna lágrima al recoger el oratorio, y llevarle con la devoción y cuidado de quien acompaña a un ser muy querido.

Hace poco, y esa es la razón que ha inspirado esta entrada, recibí un wasap de una feligresa, a quien se entregó el oratorio días atrás. Se trata de esta fotografía del oratorio en su casa acompañada del siguiente mensaje:



"Por fin la Virgen en mi casa, ha visitado a todas las enfermas del edificio".

Me he emocionado. Esto es apostolado, pastoral, evangelización, "misión diocesana"... o si queréis otra terminología mas "moderna" agentes de pastoral o laicos comprometidos... Estos son los apostolados menudos, que llegan a donde quiere el Espíritu de Dios, cuando cuenta con la colaboración de tanta gentes deseosa de compartir el tesoro de la fe con los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.