Estamos para
comenzar un nuevo "curso pastoral”; confieso que lo hago con no poco
desanimo en lo que se refiere al tema de las catequesis de niños. Son ya muchos
años poniendo alma vida y corazón en este tema, que se lleva un porcentaje muy
alto de los esfuerzos apostólicos, sin ver prácticamente ningún fruto, y son más
de mil los niños que han pasado por esta parroquia para recibir la primera
comunión siendo yo párroco; y claro, es
inevitable la pregunta: ¿para qué tanto esfuerzo? ¿de qué ha servido? Al 99 % de los niños y sus
familias no les volvimos a ver nunca más. Si, ya sé, y lo he repetido yo muchas
veces al gran y esforzado grupo de catequistas, que lo nuestro es sembrar… pero el sembrador necesita recoger también alguna cosecha, aunque sea mínima, para volver a lanzar la semilla al año siguiente con esperanza.
El año
pasado, por el mes de julio, el sacerdote don Jorge González Guadalix, párroco
rural en la archidiócesis de Madrid, que tiene un blog en Infocatólica, que se
titula "De profesión cura”, que
seguimos muchos sacerdotes, reflexionaba sobre este tema, a propósito de la nueva normativa diocesana
madrileña estableciendo tres años de catequesis para acceder al Sacramento de la
Eucaristía (primera comunión).
Esto, entre
otras cosas, escribía Don Jorge lo siguiente, que hago mío de principio a fin:
“ La
perseverancia en la fe en los niños va unida básicamente a la vivencia de la fe
de las familias. Con familias católicas los niños seguirán acudiendo a la
Iglesia con un año de catequesis, dos, tres o catorce.
Y al revés.
Con familias no creyentes o no practicantes da igual un año de catequesis, dos,
tres o catorce que no volverán a la iglesia.
Luego parece
que el asunto no está tanto en los años como en la familia. Y más aún,
también podemos preguntar si gracias a estos tres años los niños conocen mejor
la doctrina. Me dicen que tampoco.
(…) Las
familias católicas con menos tienen bastante. Las no católicas o alejadas o
pasotas, lo único que sacan en limpio es que vaya complicación tener que llevar
a los niños tres años a la parroquia para que hagan la comunión.
(…)
Con un año
de catequesis, dos máximo, debería ser suficiente para que un niño de ocho o
nueve años conozca los conceptos básicos de la fe, sea de familia practicante o
no. Digo que al menos conozca. Y para eso a lo mejor necesitábamos titrar a la
papelera tantos catecismos llenos de dibujitos y actividades, agarrarnos al
catecismo básico (…) y que se lo aprendan.
La mayor
parte de los niños no volverán, lo sé, lo sabemos, pero al menos, unos y otros,
conocerán lo básico de la fe cristiana, y eso siempre sirve, aunque solo sea
como cultura. Hoy ni vuelven ni
saben (…) Yo creo que merecería la pena hacer una reflexión”.
Yo también lo creo firmemente. Y muchas veces pienso que, visto lo visto, para los frutos obtenidos, con tres catequesis previas a la primera comunión y un pequeño ensayo la víspera, habría de sobra, sin tirar tantos esfuerzos por la borda que podrían ser gastados en otros ámbitos. No muchas más catequesis recibió el que esto escribe, que es sacerdote, para hacer la primera comunión con siete años, como se estilaba, pero claro, entonces el ambiente aún era cristiano, las madres enseñaban las oraciones, en el colegio la clase de religión, con el “Catecismos Escolar”, aún transmitía el contenido de la fe de la Iglesia, las parroquias se dedicaban a santificar mediante los sacramentos, y lo demás venia por añadidura.
El problema no son pues los años de catequesis, el problemas es que detrás de la mayoría de los niños no hay una familia cristiana, y sin eso ya puedes tu sembrar.
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