DON BENITO. VILLANUEVA. ¿NUEVA DIÓCESIS?
Después de la consulta popular del pasado 20 de febrero sigue el proceso para culminar la fusión de Don Benito y Villanueva de la Serena.
Los obispos de la provincia eclesiástica de Mérida – Badajoz, después de su reunión el 4 de marzo, informaron mediante comunicado que “han reflexionado sobre los retos canónicos y pastorales de la futura fusión de los municipios de Don Benito y Villanueva de la Serena, pertenecientes a la Diócesis de Plasencia y a la Archidiócesis de Mérida – Badajoz, respectivamente. Antes de tomar ninguna decisión, han acordado reunirse próximamente con los sacerdotes y otros agentes de pastoral de ambas ciudades”.
En caso de llegarse a esta fusión, claro es que sacerdotes y agentes de pastoral están llamados a inaugurar una etapa novedosa en el servicio de la comunidad cristiana. No les faltarán cuestiones a las que ofrecer respuestas y situaciones en las que desempeñarse.
El bienestar económico y material ha sido profusamente anunciado y proclamado en las motivaciones previas a la consulta. Estas ventajas económicas, este bienestar, necesario, deseable ¿constituyen base sólida para asentar una convivencia humana y cívica en la que afirmar la fusión de las dos poblaciones? ¿Llegan estas ventajas automáticamente y el bienestar como consecuencia del devenir histórico? ¿Cómo prevenir y, en su caso, corregir posibles y previsibles desajustes en los que algunos sectores puedan verse perjudicados, dañados comparativamente o, peor aún, excluidos?
La fusión trae, de hecho, una unidad de pastoral que recibe una rica tradición viva de cada una de las ciudades y se siente llamada a enriquecer el nuevo proyecto común con iniciativa y creatividad. Fiestas, instituciones, asociaciones podrán vertebrar, configurar y dar unidad de espíritu.
La Iglesia, experta en comunidad, abre su presencia en las zonas de expansión urbana, lleva su cercanía a las nuevas barriadas. La Iglesia ha hecho comunidad en “pueblos nuevos”. Don Benito y Villanueva tienen muy cerca la experiencia de los pueblos de las Vegas Altas del Guadiana, nacidos en el Plan de Badajoz de los que, en no pocos casos, han sido agentes en la formación y atención de las nuevas parroquias.
Todo esto referido a los “retos pastorales”. También esperamos novedades en los retos canónicos. La más llamativa de ellas será la nueva Diócesis para Don Benito, para Villanueva de la Serena o para ambas. Si se decidiera que la nueva unidad de pastoral nacida de la fusión se incorporara a Plasencia, los feligreses de Villanueva tendrían una Diócesis para ellos nueva, después de siglos en la de Badajoz. En el caso de incorporación de Don Benito a la Archidiócesis de Mérida – Badajoz, serían los dombenitenses quienes vivirían, también después de siglos, en una Diócesis nueva. Y sería novedad para Don Benito y Villanueva de la Serena, las dos a la vez, si la nueva ciudad estuviera en una nueva Diócesis. En todo caso, novedad canónica.
Victoriano Ruiz
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