Mañana miércoles 18, comenzamos el octavario de oración por la unidad de los cristianos. Durante ocho días,que concluiran el 25 de Enero fiesta de la conversión de San Pablo, todos los que confesamos que Cristo es Hijo de Dios y Dios como Él, nos unimos en la plegaria común para pedir al cielo el don de la unidad, según la voluntad de Cristo "Padre, que todos sean uno como tu y yo somos uno".
El pecado de los hombres unido a vicisitudes históricas y a graves errores, hizo que la única Iglesia de Jesucristo este actualmente dividida. Resumiendo mucho y simplificando no poco para comprensión de todos, podemos decir que del único tronco católico se separó en el año 1054 lo que hoy conocemos como iglesias ortodoxas, y en el siglo XVI las llamadas iglesias reformadas o protestantes, divididas a su vez en multitud de confesiones. De los ortodoxos practicamente solo nos separa un problema disciplinar, referido a la potestad del papado. De nuestros hermanos protestantes nos separan problemas doctrinales de mas calado (p. ej. todo lo que se refiere a la presencia real de Cristo en la Eucaristía y al sacerdocio ministerial)
La división de los cristianos es un escándalo para el mundo, que solo puede ser subsanado por medio de la oración y de los esfuerzos ecuménicos que se hacen desde las diversas confesiones cristianas. Es verdad que desde el siglo XIX en que comenzó el llamado movimiento ecuménico, se han dado grandes pasos en orden a la unidad, pero aun nos queda mucho por hacer.
Con todo la Iglesia vamos a pedir que por la victoria de Cristo, todos seamos transformados y logremos que sea verdad aquello que cantamos:
Un solo Señor, una sola fe,
un solo bautismo,
un solo Dios y Padre.
En nuestra parroquia rezaremos por esta intención, siguiendo el guión que nos ha facilitado la Delegación Diocesana de Ecumenismo, que preside el canónigo dombenitense D. Juan José Gallego Palomero.
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