El pasado miércoles, día habitual de catequesis de los niños de 4º de primaria, tuvimos la celebración de la imposición de las cenizas.
La historia de Jonas y los Ninivitas nos sirvió para recordar a los niños, la misericordia grande de Dios que no quiso la destrucción de Ninive, sino que dio a sus habitantes la oportunidad de cambiar de vida, es decir, convertirse.
La respuesta al amor de Dios fue vestirse de saco, cubrirse de ceniza para pedir perdón por los pecados y actuar como Dios quiere que obremos en la vida.
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