jueves, 24 de julio de 2025

LA UNIÓN EUCARÍSTICA REPARADORA (UNER) ECHA RAÍCES EN DON BENITO

 


El pasado 27 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, tuvo lugar en la parroquia de Santa María de Don Benito (Badajoz) la inauguración del centro de UNER, y la ofrenda del primer grupo de “marías” y “juanes”.

La gestación de este grupo tiene su origen hace unos seis años, cuando, a invitación del párroco, la Hna. Teresa Rodríguez de la comunidad MEN de Cáceres vino a pronunciar una conferencia sobre la figura de San Manuel y su espiritualidad, con motivo de la Semana Eucarística que se celebra todos los años en la parroquia como preparación para la “Octava del Corpus”; tenía aquella conferencia la intencionalidad de crear algunos vínculos con las MEN con el fin de llegar algún día a establecer la UNER en Don Benito. El Covic 19, entre otras circunstancias, hizo que el asunto quedara pospuesto para mejores momentos.

Dios tiene siempre su hora, y esa hora llegó al comenzar el pasado curso; una llamada de la Hna. Teresa, y la respuesta del párroco “a don Manuel no se le puede negar nada”, puso de nuevo en marcha el anhelado proyecto.

La persistencia, perseverancia y admirable celo por extender el carisma de su fundador de la hna. Teresa ha dado sus primeros frutos con la intensa jornada vivida el día 27. Esperamos que las “marías” y “juanes” echen profundas raíces en las Vegas Altas del Guadiana, tan fecundas y feraces..


La tierra, creemos, es buena, está bien abonada, y a ninguno de los componentes del grupo le es ajena la llamada de San Manuel a las primeras marías de su parroquia de Huelva: «Yo hoy pido una limosna de cariño para Jesús Sacramentado, un poco de calor para esos Sagrarios tan abandonados; yo os pido, por el amor de María Inmaculada, madre de este hijo tan despreciado, y por amor de este Corazón tan mal correspondido, que os hagáis las Marías de esos Sagrarios abandonados...».

Esta es también la petición y el deseo de quien escribe estas líneas, con una súplica a la Virgen “¡Madre Inmaculada, que no nos cansemos…!”




viernes, 18 de julio de 2025

FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN EN EL CARMELO DE DON BENITO Una fiesta a la “antigua usanza”

 


Nací en la madrugada de un día el Carmen de hace ya muchos años, en una maravillosa ciudad, histórica y monumental por los cuatro costados, tan es así que se ha dicho de ella que “no puede escribirse la historia de España, ni de Europa, ni del mundo, sin citar una y muchas veces su nombre”.

Ciudad también levítica y monacal en la que, cuando yo era niño, las parroquias eran dos –herederas de las seis que hubo y que desaparecieron en el curso delos siglos-, cada una con su propia idiosincrasia y clero abundante; a la religiosidad vivida en las parroquias se unía la de los cuatro conventos de clausura –que aún permanecen- entonces con muchas monjas y cada uno con su capellán. Formaban estos conventos parte tan importante del entramado social de la ciudad que no había en aquellos años familia que por "h o por b" no estuviera relacionada con alguno de ellos, y eso a pesar de ser las clausuras de entonces mucho más estrictas que ahora en que las rejas de coros y locutorios son movibles, han desaparecido celosías y velos, y por falta de personal auxiliar exterior las monjas “de clausura” tienen que salir a casi todo y es frecuente encontrarte con ellas por la calle.

Por esta floración de parroquias, clero y comunidades religiosas eran abundantes los cultos y devociones. A las propiamente parroquiales se unían las celebraciones monacales, especialmente las de N.P. Santo Domingo en las Dominicas o la del Seráfico Padre en San Pedro, las de la Inmaculada en las Concepcionistas o Ntra. Sra. de Guadalupe en las Jerónimas; eran fiestas todas ellas piadosas y devotas, con más o menos el mismo esquema, pero con una característica que distinguía unas de otras y las hacia, si cabe, más religiosas, más piadosas, más devotas y, diría yo, más profundas y más de Dios, me estoy refiriendo a la exposición o “manifiesto” del Santísimo Sacramento todo el día de la fiesta, desde la misa de la mañana, hasta el ejercicio piadoso de la tarde que terminaba con la bendición y la reserva. Esto ocurría por ejemplo el día de la Asunción en la maravillosa iglesia matriz de Santa María la Mayor, o el primer domingo de mayo, en la recoleta y querida ermita de San Lázaro para celebrar al Stmo. Cristo de la Salud de tan antigua y arraigada devoción, y lo mismo pasaba en las fiestas principales de los cuatro conventos.


Me vienen todos estos recuerdos a la memoria y al corazón, después de celebrar hace pocos días en el convento de Carmelitas Descalzas de Don Benito, del que soy hace años capellán, la fiesta de la Virgen del Carmen “a la antigua usanza”, es decir con la exposición del Stmo. Sacramento desde la Santa Misa matutina hasta los cultos vespertinos.

Hay que felicitar a las MM. Carmelitas de Don Benito por mantenerse fieles a su carisma y a sus tradiciones, y por dar la oportunidad a mucha gente de poder celebrar la fiesta de la Virgen del Carmen con hondura y espiritualidad, y por ofrecer su iglesia como remanso de paz ungido de oraciones para adorar la presencia misteriosa del Señor en la Eucaristía, bajo la mirada atenta del Cristo "de Marcelino” y de la Virgen de Carmen, que nos muestra en una mano a su Hijo Jesús, y en la otra nos tiende el áncora segura de salvación que es su Santo Escapulario.


Doy gracias a Dios por la novena y fiesta del presente año y, en nombre de las M.M. Carmelitas como su capellán, también al Sr. Obispo de la diócesis que ofició la novena la mañana del domingo día trece, a todos los sacerdotes que han participado dando lo mejor de ellos mismo para contribuir a la solemnidad y esplendor de estos cultos anuales y manifestar su cariño a la queridísima comunidad de carmelitas; e igualmente a todas las personas devotas que gozan cada año honrando y ensalzando a la Virgen del Carmen y vistiendo su Escapulario. Dios se lo pague a todos y que la Virgen nos conceda, si nos conviene, celebrar al año que viene de nuevo su fiesta con salud y alegría.