jueves, 5 de enero de 2012

"Y postrandose, le adoraron" Mt 2,11

La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le adoraron. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron sus dones: oro, incienso y mirra. (Mt 2, 9b-11)






"También lo Magos, primeros retoños de la Iglesia de los paganos, impulsados por tu gracia y guiados por la estrella, entraron en la humilde casa y, hallando al Niño con su Madre, lo adoraron como a Dios, lo proclamaron como Rey y le confesaron como Redentor" (Prefacio de la Misa de la Virgen)

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