jueves, 31 de octubre de 2019

EN EL CEMENTERIO, COMO MARCA LA FECHA


  
Cómo en todos los lugares del mundo católico, estos días son para muchas personas de idas y venidas al cementerio o "camposanto" donde, según la cristiana costumbre, esperan la resurrección quienes nos precedieron en la vida y en la fe.



Nuestra ciudad cuenta con un hermoso y bien cuidado cementerio, edificado en las ultimas décadas del siglo XIX; vino a sustituir a otro que, según las crónicas, no estaba muy lejos del actual, aproximadamente donde hoy se encuentra la rotonda con el monumento que conmemora el 150 aniversario del  titulo de ciudad, concedido a Don Benito por la Reina Isabel II en 1856.

Los cementerios, amen de expresión de la fe y de la memoria de nuestros seres queridos, guardan siempre curiosidades, y son fuente para la historia de los pueblos y ciudades; también lo es del de Don Benito.




La entrada al recinto se efectúa por una elegante portada, finamente labrada en granito; desde ella se accede a la capilla, hermosa aunque ciertamente un tanto "desangelada", pero sólidamente construida, y cubierta con bonito artesonado de lamas de madera en la última restauración. Ojala que la municipalidad, responsable del recinto, con buen gusto y criterio, tuviera la acertada iniciativa de dotarla de un adecuado altar y del necesario mobiliario para comodidad de los fieles, que es  de lo que a mi entender carece. Sin duda que estas mejoras darían tono y prestancia al lugar.


Desde la misma portada, y bajo los porches que circundan la capilla, se distribuye el acceso a los amplios patios, divididos en calles y bloques, identificados por nombres del santoral para su buen orden y fácil localización de los sepulcros.



Solidas y buenas  puertas de hierro fundido sirven de cancela al espacio sagrado. Como motivo decorativo de las misma, el reloj con alas, que nos recuerda una de las grandes verdades de la vida, resumida por los clásicos latinos con el celebre "Tempus fugit" (el tiempo pasa deprisa), una invitación a todo el que cruza estas puertas a considerar el no menos célebre "Carpe diem" (¡aprovecha el tiempo!). Los antiguos no daban puntada sin hilo, y estos detalles, para cuando se sabe leer en los símbolos, son una invitación a la reflexión que tan acertadamente formuló el poeta:

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando...



Una de las tumbas mas antiguas del cementerio,
la de Guillermo Nicolau y Rivalaygua, 
natural de LLivia (Gerona)
muerto a los 72 años en 1875



El paseo por el recinto nos lleva a descubrir tumbas de la primera hora, lejos de la anodina uniformidad actual.  Algunas de estas tumbas están el el suelo, otras en nichos. Existen también algunos destacados panteones, en los que predomina el estilo ecléctico, imbuido de romanticismo, y que son auténticos monumentos funerarios.



Muy cerca de la entrada se encuentra esta lápida de mármol  blanco; los excrementos de las aves que habitan el inmediato ciprés, hacen difícil su lectura, pero llama la atención del curioso la redacción latina de sus letras, se trata de la tumba del sacerdote Don Jacobo Fernández Quirós, primer párroco de Santa María. Su muerte prematura a los cuarenta y siete años, en 1897, hizo que la rigiera solo unos pocos meses, pues se había creado el año anterior.

Varios sacerdotes duerme el sueño de la paz en este cementerio, junto a la grey que apacentaron en el nombre del Señor:


Esta es también de las sepulturas más antiguas del cementerio.
La del Doctor Domingo Heredero y Toro,
párroco de Santiago, única parroquia entonces, 
que falleció a los 80 años,
el 11 de noviembre de 1881


Nicho de Don Pedro González Chorro,
recordado párroco de Santa María de 1940 a 1953.
A él le tocó reconstruir la parroquia en lo material y espiritual,
después de la devastación de la guerra civil,
gran impulsor de la Acción Católica.

Sepultura de Don Luís Macias
Párroco de Santa María de 1953 a 1974.


Don Manuel Calderón, coadjutor de Santa María largos años,
ministerio que compagino con el de capellán del asilo,
aledaño a su casa familiar y a Santa María en su antigua
 ubicación de la calle "Polvillo"




También las congregaciones presentes en la ciudad, tienen sus panteones en el cementerio.



En este panteón de la congregación de
 "Hijas de María Madre de la Iglesia" (azules)
reposaron los restos de la fundadora,
la Beata Matilde del Sagrado Corazón,
trasladados luego a la iglesia del colegio,
donde hoy reciben culto sus reliquias.

LLama la atención por su cuidado estilo, tan del gusto decimonónico, el monumento funerario en el que actualmente campean los apellidos Peralta y Sosa, y en el que se  intuye la mano del arquitecto diocesano D. Vicente paredes Guillén, autor de las iglesias de Santa María y San Juan. 
Es la tumba, en forma de túmulo, que acogió (e imaginamos seguirá haciéndolo, aunque no conste ya el nombre) los restos mortales de la egregia señora Dña. Consuelo de  Torre-Isunza y Alguacil-Carrasco, a quien la Iglesia y la ciudad de Don Benito -y nuestra parroquia cuyo templo construyó-  deben agradecido recuerdo por su magnánima generosidad.



Otras tumbas guardan restos de personas cuyos nombres tienen mucho que ver con la historia religiosa y civil de la ciudad.


A Doña Elena Generosa Donoso Cortes y Gómez Valadés, viuda de D. Alonso Gómez Valadés, muerta en 1906, debemos la fundación del Convento de Carmelitas Descalzas, en la Calle Donoso Cortes, en el que ingresó su hija, muerta a muy temprana edad.




Pero quizás la tumba mas tristemente curiosa del cementerio municipal de Don Benito sea la de Inés María Calderón Barragán y su madre Catalina Barragán  "muertas alevosamente", como reza la lápida, el 18 de junio de 1902, victimas mortales de aquel famoso "crimen de Don Benito", difundido por toda España en la prensa y  en los romances de ciegos de principios de siglo XX.  Por encima de lo que tiene de crónica negra y morbosa, aquel crimen se convirtió en una auténtica lucha de clases, en una época de caciquismos locales.




Retrato de Inés María y
multitudinario entierro de ella  y 
su madre Catalina en Don Benito.

En algún momento se habló  incluso de su posible beatificación,
 -cosa que nunca fue más allá del piadoso deseo-  
como otra María Goretti, mártir italiana de la pureza,
asesinada el 6 de julio del mismo año 1902



Una fosa común, sobre la que se eleva un altar, al que se asciende por un pino graderío, guarda los restos del sacerdote Don Benedicto Barbero Bermejo, párroco que fue de Santa María, muerto martirialmente el 30 de septiembre de 1936, y que encabeza el grupo de sacerdotes mártires de la diócesis de Plasencia; hombres que sin pertenecer a ningún bando, ni ir a ninguna guerra, ni empuñar ningún arma,  fueron llevados al sacrificio por el simple hecho de vestir una sotana, con lo que esta significa y representa. Todos murieron -y esa es condición indispensable para que la muerte sea considerada martirial-  perdonando a sus enemigos. La Cruz, que es el mayor símbolo de perdón y paz, abraza a todos, invitando siempre a la reconciliación.

Ante su tumba rezamos una oración por el eterno descanso de todos los difuntos del cementerio, y elevamos al cielo el grito del Papa San Juan Pablo II, que campea en una lapida marmórea en el atrio de nuestra parroquia: 

Nunca mas la guerra, 
nunca mas la violencia, 
nunca mas el terrorismo.

Salimos ya del cementerio, que es un trajín afanoso de buenas gentes, que guardan con veneración y cariño la memoria de sus seres queridos, rezando una oración, encendiendo una luz, y adornados sus tumbas con flores.

Con el autor sagrado, decimos nosotros con emoción al abandonar el sagrado recinto: "Que descansen de sus fatigas, ¡sí que descansen, porque sus obras los acompañan! "


lunes, 28 de octubre de 2019

HOY ES SAN JUDAS



Desde las nueve de la mañana esta abierta la iglesia, y un goteo incesante de personas no deja de acercarse hasta el lugar en que la pequeña imagen de San Judas recibe las súplicas de los devotos. 

El rezo de la oración, encender una velita y, en ocasiones, depositar un ramo de flores forma parte del "rito" en honor de este popular apóstol " abogado de las causas imposibles", cuya devoción fue "descubierta" en la Iglesia no hace mucho tiempo, seguramente,  y como dice la oración "porque el nombre del (Judas) traidor ha sido causa de que hayas sido olvidado de muchos".

Mucha gente se ha acercado estos días a participar en el triduo, y seguramente muchas, como otros años, participaran esta tarde en la santa misa.


Junto a la imagen de San Judas, desde hace algunos años, surgió de manera espontanea, fruto de la predicación con los niños,  la devoción a la "Virgen Desatanudos", advocación muy querida del papa Francisco. Multitud de cintas con nudos, colgadas junto al cuadro, son expresión de la suplica de gente sencilla que pone su confianza en la ayuda del cielo.


Cómo constantemente nos recuerda el Papa, la religiosidad popular  es un poderosos medio de evangelización. Lo vemos en estas sencillas devociones, que traen a tanta gente a la iglesia, y les pone en ocasión de escuchar la Palabra de Dios y acercarse a los sacramentos. Bienvenidas sean por eso las devociones populares, vividas con espíritu católico, dejos de la superstición o desviaciones a que se ven sometidas cuando dejan de cuidarse y fomentarse por parte de los pastores.


SAN JUDAS TADEO
APÓSTOL GLORIOSO
HAZ QUE NUESTRAS PENAS 
SE VUELVAN GOZOS

jueves, 24 de octubre de 2019

VIVENCIAS


Comienzo hoy mi décimo año como párroco de Santa María de Don Benito, encargo que me encomendó el entonces obispo de la diócesis Don Amadeo Rodríguez Magro, hoy en Jaén.

La fecha de la toma de posesión no fue puesta al azar. Busqué a propósito la confluencia que me ofrecía el margen que se me daba para ejecutar el nombramiento, y así elegí un domingo, día en que los cristianos celebramos cada semana la Resurrección del Señor en torno al altar; domingo que además era el del Domund, jornada especialmente querida para mí,  y fiesta de San Antonio María Claret, un gran santo misionero y devotísimo de la Virgen, del que leemos todos los años en los maitines: “Aquel que tiene celo desea y procura por todos los medios posibles que Dios sea más conocido, amado y servido, en esta vida y en la otra…”

Tengo que reconocer que si vine a Don Benito fue en virtud de la más estricta obediencia, porque de gusto propio no me hubiera movido del que era entonces mi destino; un destino que de alguna manera yo había propiciado, y en el que llevaba demasiado poco tiempo.  Medellín, su historia apabullante, la sombra gloriosa de sus monumentos, sus héroes legendarios y, sobre todo sus buenas gentes, habían ganado del todo mi corazón sacerdotal; y había mucho campo que roturar, trabajo para tiempo, en lo material y en lo espiritual, con prometedora cosecha y, por eso, la tarea era grata y lo más parecido al ideal de “cura rural” que latía en el origen de la vocación. Pero otra vez, cuando menos lo esperaba, la temida Voz resonaba en mi vida por boca del obispo: “Sal de tu tierra…a la que yo te mostraré”. Cruz y Gloria del sacerdote: De todas partes, sin ser de ningún sitio. Siempre en camino. Sin morada permanente.

No tengo, a decir verdad, buen recuerdo de aquellos primeros meses en Don Benito. Me parecía que invadía un terreno extraño, que tenía sus dueños, donde nadie me esperaba ni necesitaba y, por eso,  todo me resultaba grande, desconocido,  cuesta arriba y sin sentido. Y en el horizonte próximo siempre la silueta del querido Medellín, como un reclamo poderoso, con el peligro que siempre tiene volver la mirada atrás. Pero Dios siempre tiene su hora. Poco a poco –como me ha pasado siempre- el Señor fue suscitando en mí la conciencia clara de que este era “el lote de mi heredad”, la voluntad de la Iglesia expresada por medio del obispo y, al tiempo, fue derribando los muros en los corazones para acoger una nueva etapa, y seguir construyendo entre todos, de manera sencilla e ilusionante, el Reino de Dios, cada uno según los carismas y dones que Dios suscita en la Iglesia, tan variados y tan distintos pero siempre confluyendo en el único ideal, “que Dios sea conocido y amado”.

Al volver la vista atrás, en este aniversario, doy gracias a Dios por las personas que el Señor ha ido poniendo en mi camino para edificar la Iglesia, que se hace concreta “en medio de nuestras casas”  por la acción de la parroquia, “fuente de la aldea”, en feliz expresión, que mucho me gusta por lo simbólica, de San Juan XXIII.

Especialmente doy gracias al Señor por los cinco años que viví en fraternidad sacerdotal y apostólica, pues Don Amadeo, sabedor de la necesidad y potencial de la segunda ciudad diocesana en población, quiso enviar otro sacerdote -vicario parroquial-  para incentivar la actividad pastoral, especialmente en el sector joven. Fueron años preciosos de actividades e iniciativas, enmarcadas entre las JMJ de Madrid y Cracovia, en una época de amplia animación juvenil diocesana, muy lejos de la mortecina realidad en que hoy se mueve este sector pastoral, en el que Don Benito tuvo en aquellos años una presencia activa y destacada.

Una extraña e inesperada decisión (que solo Dios sabe hasta qué punto hizo daño a la pastoral) de quien ostentaba el gobierno diocesano en sede vacante, privó a la parroquia del beneficio inestimable de un sacerdote vicario, sin el que se sigue hasta el presente. Pero eso forma parte de las “espinas”, y esas me las guardo solo para mí.

Como es lógico, las formas de ver la realidad por parte de un nuevo obispo y, sobre todo, el calendario de edades, que es implacable también con el clero y se impone a toda buena intención,  hacen que no haya que ser demasiado avispado para augurar que, en no mucho tiempo, soplaran seguramente nuevos vientos eclesiales en Don Benito; pero mientras tanto hoy, 24 de octubre, fiesta de San Antonio María Claret, en la Misa, centro y núcleo de mi día y de la vida de la parroquia, renovaré el deseo de seguir sirviendo con plena dedicación a la “heredad” que hace nueve años me fue confiada, para pastorearla en el nombre del Señor, único y verdadero dueño de la misma, cosa que en toda mi vida siempre he tenido muy clara.

A la oración de los amables seguidores de este blog, que tienen la paciencia de leer estas lineas,  me encomiendo. Oración más necesaria cuanto mayor es la pobreza e inutilidad, que no es poca.

Juan Manuel Miguel Sánchez
Párroco de Santa María
Don Benito



viernes, 18 de octubre de 2019

TRIDUO A LA VIRGEN DEL ROSARIO


Se está celebrando en Santa María el triduo a la Virgen del Rosario "en sus misterios dolorosos", cotitular de la hermandad parroquial de la Oración en el Huerto. Se celebra en estas fechas por ser octubre el "mes del Rosario".

Para la ocasión la imagen de Ntra. Sra. se presenta a la veneración de los fieles en el marco de una efímera aunque señorial "aula regia",  instalada en un lateral de la iglesia, donde la Virgen aparece como Reina que, bajando de su trono, recibe el cariño filial de sus devotos.

Los cultos se celebran en la misa de la tarde, teniéndose hoy (18-X) el acto de exaltación, a las 20.45 h.













Al Rosario
El altar de la Virgen se ilumina,
y ante él, de hinojos, la devota gente
su plegaria deshoja lentamente
en la inefable calma vespertina.

Rítmica, mansa, la oración camina
con la dulce cadencia persistente
con que deshace el surtidor la fuente,
con que la brisa la hojarasca inclina.

Tú,.que esta amable devoción supones
monótona y cansada, y no la rezas,
porque siempre repite iguales sones,

 entiendes de amores y tristezas:
¿Qué pobre se cansó de pedir dones?
¿Qué enamorado de decir ternezas?

Enrique Menéndez y Pelayo

miércoles, 16 de octubre de 2019

PRÓXIMA CELEBRACIÓN DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN


El domingo 24 de Noviembre, a las 12.00 h. -para mas señas fiesta de Cristo Rey- tendremos en nuestra parroquia confirmaciones.

Podrán acceder al sacramento todos aquellos que han seguido el catecumenado de confirmación de forma ordinaria, según la practica habitual en la parroquia (1º,2º y 3º ESO).

Como en otras ocasiones también se dá la posibilidad a los mayores de edad, que no lo han recibido en su tiempo oportuno, de acercarse a este sacramento, que es uno de los llamados de la "iniciación cristiana", y por eso no debe dejarse de recibir, pues de él depende el vigor de la vida cristiana. Para ello, hay que participar en las catequesis que se proponen como preparación, y que serán los días 5, 6 y 7 / 12,13 y 14 noviembre, a las 20.30 h.

Para todos será necesario también cumplimentar la solicitud al obispo, y presentar la partida de bautismo, si no se está bautizado en Santa María.




lunes, 14 de octubre de 2019

EJEMPLO Y ESTIMULO


Traemos a este blog a Fernando Cerrato Mena, prueba evidente de lo que puede el tesón, alimentado por la fe, la  propia y la del entorno en el que vive.



Cercano a la parroquia en lo físico (pues vive a pocos metros del templo) y sobre todo en lo espiritual, pues la parroquia es su "segundo hogar",  y ésta lo considera como uno de sus más entrañables feligreses.



Presente en toda actividad parroquial, sin que su sujeción a la silla de ruedas sean impedimento para casi nada: Su presencia es habitual en la celebración de la Santa Misa, ha sido en ocasiones catequista de comunión y confirmación, entusiasta de San Juan Pablo II hasta el delirio, colaborador y propagandista  cuando los días de aquella inolvidable e irrepetible  JMJ de Madrid, atento oyente en toda actividad formativa parroquial y diocesana, siempre con participación activa en el turno de preguntas, y siempre al día de la actualidad de la Iglesia universal, de la que a su vez nos tiene informados mediante las redes que maneja a la perfección.



Si hoy le traemos aquí, es por su faceta también de "articulista", esta vez en la Revista de la Virgen de las Cruces, donde ha publicado un articulo sobre el centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón y la actualidad de esta devoción.




¡Felicidades Fernando, felicidades Paqui y Fernando. Sois para nuestro mundo la mejor campaña "pro vida".